Falleció este lunes a los 82 años de edad el dirigente político Raúl Pérez Peña, mejor conocido como Bacho, quien estaba aquejado de salud en la clínica Independencia, del Distrito Nacional.
Se espera que en el transcurso del día se den a conocer los detalles de las actividades fúnebres.
El Bacho fue un guerrillero, dirigente político, periodista y gestor cultural, nació en Santiago de los Caballeros el 20 de junio de 1941, hijo de Raúl Pérez Fernández y Ana Virginia Peña.
Como periodista, Pérez Peña escribía cada martes la columna «Pancarta» para el periódico Listín Diario, donde pasaba balance al acontecer nacional y posaba su mirada en acontecimientos históricos de relevancia nacional.
A raíz del Golpe de Estado de septiembre de 1963, Pérez Peña es escogido para integrar uno de los seis frentes guerrilleros del 1J4 que se levantaron en armas contra el Triunvirato por la vuelta a la constitucionalidad. Bacho perteneció al frente Gregorio Luperón, que operó en las lomas de Puerto Plata bajo la comandancia de Juan Miguel Román.
Al caer el frente, logró evadir al Ejército junto a su compañero David Jacobo y llegar a Santiago, donde fue protegido por doña Quisqueya Pérez, viuda del mártir antitrujillista Eugenio Perdomo y madre de Virgilio Perdomo.
En 1964 sale del país de manera clandestina y denuncia en Francia y en Chile al gobierno golpista y el crimen de Manaclas. Luego viaja a Cuba, donde recibe entrenamiento militar y participa en las operaciones contra los remanentes de la dictadura de Fulgencio Batista en las montañas del Escambray. Allí, junto a Heberto Lalane José se forma en la escuela de cuadros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). En la Habana cursa estudios en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Allí le sorprende el estallido de la Guerra de Abril de 1965 y decide regresar a Santo Domingo, algo que logró clandestinamente en septiembre de ese año.
Juan Miguel Pérez, hijo del fallecido periodista expresó que “no hubo riqueza ni acomodamiento alguno que los distrajeran del proyecto de país que forjó junto a sus compañeros caídos, a cuyas memorias siempre le rindió lealtad y homenaje.
“Bacho fue un esposo y un padre ejemplar. Solo tenemos gratitud profunda a la vida por tenerlo entre nosotros, como dijo Caamaño Deñó al despedirse de su pueblo en 1965: No pudimos vencer pero tampoco fuimos vencidos, hasta la victoria siempre, papi entrañable, viviste invicto en tus convicciones y en tu obra de vida” manifestó Pérez de su padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario