La comunidad internacional no ha prestado atención a los reclamos de mandatarios dominicanos para que se involucre en la solución de males en el vecino Haití.
Los expresidentes Hipólito Mejía y Danilo Medina aprovecharon sus participaciones en varias sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para tratar la problemática haitiana, un tema de nunca acabar en República Dominicana y que el presidente gobernante Luis Abinader abordó el pasado miércoles.
Tal es la preocupación del jefe de Estado que, a su llegada al país, reiteró la posición de su Gobierno sobre la situación que atraviesa el primer país independiente de América y cuyos efectos se han extendido a otros territorios de la región. Como ejemplo citó los casos de inmigrantes en la frontera de México con Estados Unidos y cerca de 19,000 haitianos ilegales en Panamá.
Que Hipólito lo mencionara en su única participación ante este órgano internacional en el 2000 y que Danilo Medina reiterara su demanda de apoyo en 2014, denota que las medidas de ayuda han sido postergadas o han dado pocos resultados, provocando en los mandatarios dominicanos un sentimiento de abandono de la comunidad internacional.
Hipólito y Danilo
El 6 de septiembre del año 2000, el entonces jefe de Estado, Hipólito Mejía, en su única comparecencia ante las Naciones Unidas, aprovechó la oportunidad para hacer un llamado a la comunidad internacional sobre la carga económica que significaba para la nación la numerosa presencia de haitianos en suelo dominicano.
Este tema fue tocado nueva vez por Danilo Medina un día como hoy en 2014, año en el que su gobierno reguló a miles de haitianos en el país. Llevar las palabras a hechos fue la solicitud del exmandatario durante su segunda participación ante la ONU, y es que varios países y organismos internacionales mostraron su preocupación por el destino de los migrantes haitianos sin brindar solución alguna.
Cuando apenas empezaba el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en Situación Migratoria Irregular en República Dominicana, existía la necesidad de aportes económicos y apoyo técnico para la gestión de documentos en su propio país.
“Con acciones concretas y relativamente sencillas, la comunidad internacional puede sin embargo tener un gran y duradero impacto en la vida de estas personas”, agregó Medina.
Más de una década ha pasado desde que Mejía abordó las consecuencias de problemas haitianos, como la migración en el país y aún es necesario presentarlo ante el resto de naciones como un aspecto urgente y de prioridad no tan solo para República Dominicana, sino para el mundo. Esto muestra que lo decidido y ejecutado a través de los años ha dejado pocos resultados.
Abinader
Frente a la crisis actual de Haití, agudizada con el asesinato de su presidente Jovenel Moise el pasado mes de julio, el presidente Abinader consideró necesario preparar un plan integral de desarrollo económico y social, basado en el apoyo internacional, puesto que “no hay, ni habrá jamás, una solución dominicana a la crisis de Haití”.
A continuación las expresiones íntegras de los mandatarios al referirse sobre Haití ante la Organización de las Naciones Unidas:
• Hipólito Mejía ante la 55º Sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 6 de septiembre del 2000:
Al referirse a las relaciones entre República Dominicana y Haití, y a la inmigración ilegal de haitianos a suelo criollo, el entonces gobernante hizo un llamado a la comunidad internacional para hacer conciencia de la carga social que significa la presencia de cientos de miles de nuestros vecinos en suelo dominicano. Al mismo tiempo, aclaró que cualquier incidente que pudiera producirse en la zona fronteriza no respondía a una conducta de Estado.
• Danilo Medina ante la 69º Sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 24 de septiembre de 2014:
“Quiero aprovechar esta tribuna, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, para hacer un llamamiento.
Ha comenzado, como les he descrito, una nueva era en las relaciones domínico-haitianas. Y en esta nueva etapa nos gustaría contar con la comunidad internacional. Una de las principales acciones que estamos llevando a cabo para fortalecer la soberanía dominicana y garantizar los derechos de las personas que viven en nuestro territorio, se proveerá todas ellas con la documentación que les corresponda. Como sabrán, muchas de estas personas son haitianas. Y para regularizar su estatus en el territorio de la República Dominicana, deben contar primero con documentos de identidad de su país de origen, de los que muchos por desgracia carecen.
Haití está haciendo un esfuerzo para alcanzar a esta población y proveerla de documentos que los reconozcan como sus nacionales. Sin embargo sus recursos técnicos y económicos son limitados. En el pasado, una serie de organismos internacionales y países han mostrado sus inquietudes por el destino de los migrantes haitianos. Esta es una inquietud que compartimos. Por motivos humanitarios y por lo que nos afecta como principal país de acogida.
Por eso me permito señalarles que el momento actual es el un momento inmejorable para pasar de las palabras a los hechos. Con acciones concretas y relativamente sencillas, la comunidad internacional puede sin embargo tener un gran y duradero impacto en la vida de estas personas. No permitamos que unas carencias técnicas se pongan en el camino de un proceso tan esperanzador, tan necesario, y con tanto potencial como esta nueva etapa de cooperación entre la República Dominicana y Haití”.
• Luis Abinader ante la 76º Sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 22 de septiembre de 2021:
“Nuestra tercera y final recomendación de acción es sobre Haití. Desde que asumimos el poder, hemos venido anunciando la posibilidad de que la situación haitiana pueda desbordar las fronteras de ese país, incidiendo como un factor de inseguridad en la región. De ahí, la necesidad de que esta comunidad de naciones asuma con urgencia y de una vez y por todas, la crisis haitiana como una de altísima prioridad y de permanente seguimiento.
Hemos notado que recientemente algunos gobiernos han adoptado medidas para afrontar las consecuencias de la crisis haitiana. Por años, cada día, nuestro país ha encarado, prácticamente solo, estas consecuencias. Estamos convencidos que ninguna acción unilateral será suficiente para superar esa dramática situación.
Es imperativo manifestar de la manera más firme y tajante posible que la comunidad internacional no debe, ni puede, abandonar al pueblo haitiano en este momento en que los niveles de inseguridad lo están llevando a su autodestrucción.
Y quiero decirlo hoy de la manera más sincera y fuera del lenguaje diplomático.
Ante la división actual que existe entre el liderazgo haitiano, y la peligrosa presencia de bandas criminales que controlan una buena parte de su territorio, los haitianos por sí solos no podrán pacificar su país y mucho menos garantizar las condiciones para establecer un mínimo de orden.
Consecuentemente, lo más importante e inmediato es la seguridad en Haití.
Solo después de haberlo logrado, pueden llevarse a cabo unas elecciones libres, justas y confiables. Entonces, con un nuevo Gobierno como interlocutor legítimo, se deberá preparar un verdadero plan integral de desarrollo económico y social, con todos los recursos necesarios y apoyado solidariamente por la comunidad internacional, pues ya no se puede pensar únicamente en medidas de carácter humanitario.
A este solemne cónclave le manifiesto que la República Dominicana ha mostrado y seguirá mostrando la solidaridad y la colaboración debidas con el pueblo haitiano, pero también les reitero que NO HAY, NI HABRÁ JAMAS UNA SOLUCIÓN DOMINICANA A LA CRISIS DE HAITÍ”.
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