Santiago. Jefferson Alcántara Rodríguez es un adolescente de 15 años que no abandona su sueño de ser un gran jugador de baloncesto, a pesar de haber perdido una de sus piernas.
Un accidente marcó su vida, pero no truncó su determinación de convertirse en promesa del baloncesto. Y Jefferon se ha convertido en una motivación para muchos por la habilidad con que se mueve en la cancha.
El joven, quien reside en la calle 2 del Ensanche Libertad, perdió su pierna izquierda hace casi cuatro años cuando el conductor de una yipeta, al parecer perdió el control y se le fue encima.
Tras perder la pierna usaba una prótesis, pero comenzó a molestarle y le salió un sobrehueso, y está a la espera de una nueva operación para que pueda usar otra, pero el seguro médico no le cubre y no tienen los recursos para hacerlo.
Lejos de quejarse por su condición física, entrena cada día en la cancha de la calle 7 del referido sector, donde encesta la bola desde cualquier distancia.
Entusiasmo
Jefferson practica basquetbol como un hobby, pero tiene la esperanza que algún club deportivo se fije en él, y no vea su discapacidad como un obstáculo a la hora de jugar. Afirma que su desempeño en la cancha es producto de la práctica y la constancia, ya que siempre se la pasa practicando, y ha ido mejorado su tiro. “Antes yo tiraba un tiro y no la metía ni nada, después del accidente me he superado más que antes”, dijo.
Afirma que cuando va al club Gregorio Urbano Gilbert, los jugadores lo apoyan y le muestran técnicas. Además, cuando está en la cancha y ve jóvenes con alguna discapacidad, los motiva a jugar. “Quiero ser una motivación para que las personas como yo nunca se limiten, que siempre echen para adelante y piensen positivo”, sostiene el adolescente que cursará el primero de bachiller en la Escuela Eugenio Deschamps cuando comience el año escolar.
La familia lo apoya en todo
Dominga Rodríguez Ureña, madre de Jefferson, recuerda con tristeza aquel día de noviembre, cuando su hijo, en aquel entonces con once años, estaba parado en un muro en la avenida del barrio y la yipeta le fue encima. “Él nunca le ha dado mucha mente. Hay que seguir luchando. A él le gusta su deporte y nosotros lo apoyamos”, expresa la madre.
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