Santiago. El crecimiento del parque que supera los 350 mil vehículos privados, unido a la carencia de un plan de tránsito y transporte, está convirtiendo el casco urbano de Santiago en un verdadero caos.
Los largos tapones que solo eran notorios durante las horas pico, ahora se registran todo el día.
A pesar de las promesas de construcciones de elevados y pasos a desnivel, hechas por los distintos gobiernos como solución a largo plazo al problema de tránsito, han caído en el olvido.
Aunque el Gobierno avanza con proyectos como el monorriel que recorrerá varios puntos de la ciudad y el teleférico, algunos sectores como el del sector tránsito siguen siendo escépticos.
“Indudablemente, la ciudad de Santiago ha experimentado un crecimiento exponencial en el sector inmobiliario, llámese de los barrios tradicionales y nuevo que se han agregado a los cinturones de miseria, de urbanizaciones, pero con ese crecimiento de su parque vehicular que ya está en 350 mil vehículos de motor y 12 mil de transporte público”, expresa Juan Marte, presidente de la Central Nacional de Trabajadores del Transporte (CNTT).
Marte considera que la falta de un plan que permita diferir el horario para los trabajadores y los estudiantes, es parte del desorden que prevalece en el municipio cabecera de Santiago de los Caballeros.
“Esta ciudad tampoco cuenta con un sistema de drenaje adecuado al crecimiento poblacional que ya está en un millón 180 mil habitantes. Cuando llueve se nota el mayor congestionamiento y se convierte en una Venecia cualquiera”, expresa el empresario del sector del transporte.
Marte denuncia que la ciudad está partida en pedazos, debido a las intervenciones que viene haciendo la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan), situación que complica más el caótico tránsito vehicular. Cuestiona que intervengan obras viales, sin el concurso de los municipios que integran a la provincia.
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