El año pasado, cuando el flujo de nuevos migrantes comenzó a aumentar exponencialmente en la frontera sur, y ante el rechazo de gobiernos de estados fronterizos que se oponen a darle la mano a recién llegados, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, abrió los brazos, y mostró a la Gran Manzana, casi como la tierra prometida para aquellos que buscan una vida mejor en la Unión Americana.
El mensaje de que en la Gran Manzana los nuevos migrantes podrían tener albergue, alimentación y apoyo en sus necesidades básicas, motivó a que, entre otros, sudamericanos como Christian Montilla, a emprender el viaje desde Venezuela, como él mismo lo asegura. Pero con el paso de los meses, y miles de personas llegando a Nueva York cada semana, el Alcalde Adams cerró sus brazos, cambió su postura y la ha seguido endureciendo.
Y justo cuando se cuentan ya más de 116,000 migrantes que han pasado por el sistema de albergues desde la primavera pasada, 62,000 de ellos alojados todavía en los más de 210 sitios y hoteles que se han abierto para atenderlos, miles más llegando cada semana, y un gasto para la Ciudad de casi $2,000 millones de dólares, en un nuevo capítulo por la batalla de la crisis migratoria, la Ciudad ha abierto dos frentes de lucha. Por un lado, la emisión de panfletos para desalentar que más personas vengan a Nueva York, y por otro, la entrega de vales subsidiados de renta que habitantes de albergues podrán usar en cualquier localidad del estado para hallar apartamentos, y así descongestionar los refugios .
La iniciativa de esta semana de los nuevos volantes, que ya se había implementado sin éxito en julio, y que busca advertir que en la Gran Manzana ya “no hay cama pa’ tanta gente”, indignó a organizaciones defensoras de inmigrantes.
Y es que luego de que la vicealcaldesa de Salud y Servicios Humanos, Anne Williams-Isom, defendiera el miércoles los nuevos mensajes, como una manera “para combatir la desinformación en la frontera” y aclarar “a la gente que la ciudad de Nueva York se ha quedado sin espacio” y que “los solicitantes de asilo reciben ahora cartas para salir de los centros de acogida y no se les alojará en un hotel“, al tiempo que los urge a que mejor vayan a “una ciudad más asequible”, y que “no podrá encontrar trabajo fácilmente”, las voces de rechazo no se hicieron esperar.
“Hace poco más de un año, el propio alcalde Adams promocionó el legado de lo que hace especial a Nueva York como nuestra historia de dar la bienvenida a los inmigrantes y el papel crucial que los inmigrantes han desempeñado en la construcción de esta ciudad. Sin embargo, una vez más, el Alcalde ha dado un giro radical“, aseguró Theodore Moore, vicepresidente de Políticas y Programas de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC). “Los recientes folletos que la Administración Adams planea distribuir en la frontera sur y en los refugios y centros de admisión de la ciudad de Nueva York son otro ejemplo del comportamiento escandaloso y miope del alcalde Adams que no reconoce por completo el problema que enfrenta la ciudad como una crisis de asequibilidad”.
El activista insistió en que el mandatario local se niega a implementar políticas más eficientes, que beneficien no solo a los recién llegados, sino en general a inmigrantes de larga data y neoyorquinos vulnerables que se ahogan con los altos costos de renta y de vida en una crisis de asequibilidad.
“La administración Adams sabe cuál debe ser la solución, pero se niega a implementarla”, dijo el líder de NYIC. “En lugar de invertir en políticas humanas que alivien nuestro sobrecargado sistema de alojamiento y lleven a nuestros nuevos neoyorquinos a una vivienda permanente y a la autosuficiencia mediante la ampliación de los vales CityFHEPS (de subsidios de rentas), la Administración Adams está perdiendo tiempo y recursos en tácticas de desvío que seguirán convirtiendo a los inmigrantes en chivos expiatorios para el futuro”.
Y desde el otro frente de lucha con el que el Alcalde busca aliviar la crisis, con la posibilidad de que neoyorquinos en albergues usen vales de asistencia CityFHEPS, financiados por la Ciudad, no solo en los cinco condados sino en todo Nueva York, el llamado es a que otras localidades acepten los cupones y reciban a los beneficiarios “con los brazos abiertos” y con buenas opciones laborales. La gran limitante, según el Alcalde, es que la amplia mayoría de solicitantes de asilo no califican para la asistencia que no sea de emergencia y no cumplen los requisitos para acceder a los vales CityFHEPS, debido a que así lo estipulan leyes estatales, por lo que Albany debe intervenir.
“Como consecuencia de la crisis de vivienda y la llegada desde la primavera pasada de más de 116,000 solicitantes de asilo a la Ciudad de Nueva York que solicitan albergue, tenemos más personas que nunca bajo el cuidado de la ciudad. Nuestros albergues han rebasado su capacidad, pero miles de familias aún no tienen opciones para acceder a una vivienda asequible en los cinco condados”, dijo el burgomaestre. “Estas reformas les darán a los neoyorquinos la habilidad de abandonar el sistema de albergues de nuestra ciudad e irse a otras partes del estado donde haya más opciones de vivienda asequible, al mismo tiempo que abrimos más espacios en el sistema de albergues de nuestra ciudad para los aproximadamente 10,000 migrantes que siguen llegando a la ciudad mes tras mes en busca de albergue”.
Y mientras la administración Adams asegura que sigue exhortando a los gobiernos estatal y federal a brindar apoyo sustancial para ayudar a abordar la creciente necesidad de albergues y la crisis de los recién llegados, organizaciones se han mostrado esperanzadas con los cambios.
Así lo aseguró Orlando Ivey, presidente y director ejecutivo de Children’s Rescue Fund, quien afirmó que la expansión de los vales de vivienda de CityFHEPS para que más neoyorquinos puedan obtener vivienda permanente en los 62 condados del estado de Nueva York es positiva.
“Entendemos el profundo impacto que la vivienda estable tiene en las personas y las familias y la expansión de los vales de CityFHEPS para incluir oportunidades de vivienda a nivel estatal es un gran paso hacia este objetivo y una prueba de los esfuerzos colaborativos de la Ciudad y el Estado para abordar la escasez de vivienda y darles a las personas y a las familias una segunda oportunidad para un futuro mejor”, dijo el activista. “No solo brinda esperanza, sino también opciones tangibles para aquellos que están luchando por rehacer sus vidas”.
Jody Rudin, presidenta y directora ejecutiva del Instituto para la Vida Comunitaria, manifestó que la expansión de las oportunidades de vivienda para neoyorquinos sin hogar es un paso al frente en la lucha contra la crisis de vivienda asequible que golpea a la Gran Manzana.
“Un hogar estable y permanente es de vital importancia para la recuperación de la salud y el bienestar. Esta expansión es un paso positivo para reducir el tiempo de permanencia en los albergues, trasladar a las personas a viviendas permanentes y ayudar a las personas a recuperarse”, comentó la defensora.
Crisis de nuevos migrantes y albergues en cifras
116,000 nuevos migrantes han llegado a NYC desde el año pasado
62,000 de ellos siguen alojados todavía en albergues y hoteles de la Ciudad
210 sitios y hoteles de emergencia están albergando a recién llegados
113,000 desamparados hay actualmente en refugios de la Ciudad
10,000 nuevos migrantes siguen llegando cada mes a Nueva York
62 condados del estado de Nueva York, si ellos aceptan, podrían rentar apartamentos a desamparados con vales de subsidio CityFHEPS
Mayoría de recién llegados no califican a esos vales de asistencia
$2,000 millones casi ha gastado la Ciudad en atender a nuevos migrantes
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