En tan solo cuatro días, la República Dominicana ha sido escenario de tres muertes violentas de niños entre uno y dos años de edad, y de la desaparición aún sin resolver de un pequeño de tres, este último hecho que data de hace casi dos meses.
Un patrón desgarrador se repite en los casos de los niños fallecidos: progenitores o personas cercanas a las víctimas son señalados como responsables directos o indirectos. La indignación ciudadana crece, así como la urgente reflexión sobre cuán desprotegida se encuentra la niñez dominicana.
El primero de estos tres casos ocurrió el 18 de mayo, donde un niño de dos años murió en el sector La Cuaba, de la provincia Santo Domingo. Su familia materna señala directamente a la madrastra, identificada como Eliza Valdez, como responsable de lesiones severas que provocaron su deceso. El menor presentaba hematomas en la cabeza, quemaduras en los dedos y un brazo enyesado.
La entrega del niño al padre y su nueva pareja se dio pese a la oposición de los familiares maternos. Hoy, esos familiares reclaman justicia, convencidos de que se trató de un caso claro de maltrato infantil ignorado a tiempo.
Al día siguiente, en Villa Verde, La Romana, un segundo niño de apenas dos años fue encontrado sin vida por su padre al regresar del trabajo. La madre del menor, Sobeida María, ha sido señalada como principal sospechosa.
El padre, Carlos Manuel Félix, narró entre lágrimas cómo había dejado todo preparado antes de salir, incluso la cena. Al volver, encontró a su hijo sin signos vitales. «Lo dejé bien», asegura. Observó que el niño tenía la lengua pegada al paladar y un rasguño en la cara. «Parece que le tapó la boca», dijo.
Félix describió a su pareja como una mujer que enfrentaba problemas de salud mental y tomaba medicación para la ansiedad. Ahora enfrenta la muerte de su hijo y la sospecha de que su propia pareja fue la causante.
Dos días después, 21 de mayo, otro niño de dos años de edad murió en el sector Cristo Rey, causando profunda indignación. Vecinos acusan al padrastro del menor, identificado como Brayan, de ser el autor de una agresión que presuntamente le arrebató la vida al pequeño.
Aunque las versiones aún no han sido confirmadas oficialmente, las autoridades investigan las circunstancias del hecho. La comunidad exige justicia y que se esclarezca, de una vez por todas, lo ocurrido.
Roldany sigue desaparecido
Mientras las autoridades y la sociedad tratan de asimilar estos casos, la angustia de una familia en Jarabacoa se prolonga. El pequeño Roldany Calderón, de apenas tres años, desapareció el pasado 30 de marzo mientras jugaba en el patio de la casa de su tía, en la comunidad de Los Tablones.
A pesar de los amplios operativos, rastreos con drones, unidades caninas y la participación de más de 150 personas, no hay pistas concretas sobre su paradero. Su familia ha suplicado incluso la intervención del presidente Abinader. Hasta el momento se desconoce cualquier detalle adicional sobre este caso, pese a que la familia aún guarda la esperanza de que Roldany sea encontrado con vida.
Pese a que en República Dominicana existen legislaciones como la Ley 136-03 sobre Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, e instituciones como el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI) y la Fiscalía de Niños, Niñas y Adolescentes, estos casos evidencian que los mecanismos de protección siguen siendo un reto en el país. La frecuencia y crueldad de estos hechos ponen en tela de juicio la capacidad del sistema para prevenir, detectar y actuar a tiempo ante situaciones de vulnerabilidad infantil.
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