Ver niños y niñas andando por las calles, sentados en una esquina, jugando a orillas de ríos y cañadas o cualquier otro lugar, en diferentes barrios del Gran Santo Domingo, y en especial en algunos de los sectores más marginados, en horas de la mañana o de la tarde, puede ofrecer una visión real de lo que está pasando con la educación virtual o a distancia en el país.
No hay nada que criticar al Ministerio de Educación por el inicio tan atípico de este año escolar, se hizo lo que tenía que hacerse. Pero ya es tiempo de revaluar la decisión y tomar otras medidas, para que con todas las normas anticovid-19 (higiene y distanciamiento físico) los niños vuelvan a las aulas.
“Yo lo que quiero es volver a la escuela”, dijo de manera enfática un niño que jugaba en la orilla del rio Ozama.
Es bueno señalar que los centros de estudios, especialmente los de niños, son más que un sitio para recibir los primeros conocimientos; son un lugar donde estarán seguros y podrán recibir alimentación, salud física, mental, social y emocional, mientras los padres trabajan o hacen sus quehaceres.
Aunque también hay que destacar que la interacción con sus amiguitos, con los profesores y con el medio ambiente en el trayecto hogar-escuela son parte importante de su formación como entes sociales.
Las ventajas del aprendizaje presencial son innegables ya que los niños pequeños y los niños con necesidades especiales (aprendizaje o comportamiento) aprenden mejor en la escuela, aparte de que muchas viviendas de estos infantes están en lugares totalmente inadecuados para vivir, y muy especialmente para estudiar.
Para un niño por ejemplo que viva en La Zurza en la ribera del río Isabela o en Las Lilas a orillas del Ozama, donde de seguro habitan en pequeñas casuchas de hojalata, cinz y madera en un espacio bien reducido y sofocante, en donde el calor, los mosquitos y los ruidos del entorno son parte importante de su zona de aprendizaje, el estudio en su casa será lo menos ideal.
No será igual con los niños de otros estratos sociales en donde su alimentación, viviendas y confort están mejor garantizado y a otro nivel.
En cuanto al nivel de escolaridad los niños de secundaria y de bachillerato pueden ser más capaces de beneficiarse de la enseñanza a distancia, siempre y cuando tengan los dispositivos, conectividad y disposición de energía eléctrica.
Ya en muchos países del mundo algunos centros estudiantiles han abierto sus puertas para ofrecer clases presenciales, mientras otras continúan ofreciendo un sistema de educación mixto (presencial y virtual), pero todos se encaminan a la vuelta a las aulas, para bien de los niños.
Es preciso que el Ministerio de Educación elabore un plan y que los niños en la medida de lo posible vuelvan a clases presenciales.
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