La décimo octava depresión tropical en el Atlántico se fortaleció este jueves sobre aguas abiertas y se convirtió en la tormenta Sam, la cual podría llegar a ser un huracán mayor la semana próxima, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EE.UU.
La tormenta presenta vientos máximos sostenidos de 50 millas por hora (85 km/h) y se espera todavía su fortalecimiento mientras se desplaza hacia el oeste, a 16 millas por hora (26 km/h), hasta llegar a convertirse el viernes en un huracán.
Hacia el fin de semana, mientras se ubique en el centro de la cuenca atlántica, podría ser un huracán mayor, es decir de categoría 3,4 o 5 en la escala Saffir Simpson, según las proyecciones del centro meteorológico, con sede en Miami (Florida).
Ubicado a unas 1.745 millas (2.805 km.) al este-sureste de las Islas de Sotavento (Caribe), Sam no supone por el momento una amenaza para zonas costeras ni se han emitido alertas o advertencias a causa de este ciclón.
Por su parte, la que fue la tormenta tropical Rose, que se fue debilitando en las últimas 24 horas, se convirtió este jueves en un remanente de baja presión en medio del Atlántico, a unas 1.300 millas (2095 km) al oeste-noroeste de las islas de Cabo Verde.
En lo que va de este año se han formado seis huracanes en la cuenca atlántica, Elsa, Grace, Henri, Ida, Larry y Nicholas, de los cuales Grace, Ida y Larry alcanzaron la categoría mayor (3 o más en la escala Saffir-Simpson, que mide la fuerza de los vientos).
El último de ellos, Nicholas, tocó tierra en el este de la península de Matagorda, en Texas (EE.UU.), pero rápidamente se debilitó a tormenta tropical no sin descargar antes fuertes lluvias en ese estado, Luisiana y otras partes del sur de EE.UU.
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