Con la victoria de Abel Martínez en la “Consulta Ciudadana” del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que lo convierte en el candidato presidencial de esa organización, queda más claro el escenario electoral con las tres principales opciones que encabezarían la boleta de mayo del 2024.
Lo primero es que, a pesar del descontento y aspiraciones de algunas figuras del Partido Revolucionario Moderno (PRM), la candidatura reeleccionista del presidente Luis Abinader se da por hecho.
El proyecto del expresidente Leonel Fernández con la Fuerza del Pueblo tampoco está en discusión. Con el propósito de llegar al Palacio Nacional por cuarta ocasión, “el León” hará un segundo intento con el partido que ha ido solidificando desde que se marchó del PLD tras los resultados de las elecciones internas de 2019.
Con estos tres escenarios definidos, la carrera por la Presidencia se vuelve más intensa: el PRM por retener el poder, el PLD buscando resurgir de sus cenizas y una Fuerza del Pueblo que mira el futuro con optimismo.
FALTAN 19 MESES PARA LA CELEBRACIÓN DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DEL 2024, Y LOS MÁS CAUTELOSOS SABEN QUE EN POLÍTICA EL TIEMPO VALE ORO.
En el caso del jefe de Estado, Luis Abinader, tiene un poco más de un año para bajarle una dosis de descontento a la gente (dentro y fuera del partido) y convencer a los que entienden que solo ha hecho un gobierno para los popis y empresarios, opinión que plantea un desconocimiento de la difícil situación que ha tenido que enfrentar el gobierno en medio de las crisis continuas de escala mundial que han amenazado la estabilidad económica y social del país.
Abinader ha tenido que darle la cara a momentos apremiantes, con una llegada al poder atípica. Cuando fue juramentado como presidente, el 16 de agosto del 2020, la pandemia de la Covid-19 causaba una crisis humana y sanitaria sin precedentes, y hundía la economía mundial en la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Luego, cuando los países volvían a respirar (por el confinamiento) llegó la guerra Rusia y Ucrania, que aún sigue en pie, sumergiendo a naciones como República Dominicana en otra incertidumbre.
A esto se le suman los estragos causados por fenómenos atmosféricos, como el huracán Fiona que destrozó la zona Este del territorio nacional, donde el gobierno proyecta invertir unos 20 mil millones de pesos para su recuperación, y el impacto constante de los altos precios del petróleo en la economía local.
Todo esto, indiscutiblemente, obligó a Abinader a variar su programa de gobierno.
Pero al pueblo no hay forma de explicarle esos asuntos. Y es que los altos precios de la canasta familiar y de los combustibles, el mal funcionamiento de algunas instituciones del Estado, el desempleo, los índices de inseguridad, las promesas incumplidas en el sistema nacional de salud, son permanentes.
Aun así, Abinader se mantiene con buena aceptación, aunque para mucha gente “los funcionarios no lo ayudan”. Pero, el presidente se mantiene aferrado a su equipo de gobierno, salvo algunas destituciones y “renuncias” que ha tenido que sortear por escándalos en el tren gubernamental. Lo que queda del otrora PLD se verá más cohesionado hacia la candidatura presidencial del actual alcalde de Santiago, Abel Martínez. Eso implica mejores estrategias de posicionamiento en torno a la imagen de Abel, con un tono más inteligente de su discurso que no le gane el rechazo de ciertos sectores sociales y económicos, así como la del propio partido.
No se puede negar que esta organización no solo viene afectada por una división histórica, sino por el rechazo del pueblo ante la corrupción que se anidó en importantes estructuras del gobierno morado. Los casos están ahí, que involucran a cercanos colaboradores y familiares del exmandatario Danilo Medina, un íntimo círculo que envuelve a sus hermanos Alexis y Magaly Medina Sánchez; al ex procurador de la República, Jean Alain Rodríguez; Francisco Pagán Rodríguez, uno de sus hombres de confianza; el jefe y subjefe del Cuerpo de Seguridad Presidencial, el mayor general Adán Cáceres, y el general de brigada Julio Camilo de los Santos Viola, respectivamente, entre otros tantos.
El PLD tiene unos 19 meses para bañarse con agua bendita que revierta su descenso y la desconfianza visceral de la gente. Solo basta mirar los niveles de votaciones que alcanzó en la pasada Consulta Ciudadana (502,262), para estar claro de la realidad.
Aunque hay que analizar algunas variables, son datos que mueven a la preocupación. Quedaron muy por debajo de los resultados del 2019, en primarias abiertas y simultáneas, cuando se lograron casi dos millones de votantes. En esa ocasión, el resultado final fue de 911,324 votos para Gonzalo Castillo y 884,630 votos para Leonel Fernández, de acuerdo al Cómputo de los Resultados Totales Finales que emitió la Junta Central Electoral (JCE).
El PLD venía de lucir una gran fuerza en las primarias cerradas también del 2011, con poco más de un millón 63 mil votos que definieron la candidatura presidencial.
Ahora convocaron a más de seis millones y lograron su peor marca de los últimos años que le antecedieron a su fatal división del 2019. Pero, un elemento importante es que salió “unido” de esta Consulta, ante el temor de que alguno de los candidatos replicara un escenario como el de tres años atrás.
Solo resta esperar si es real el discurso de “renovado, fortalecido y unido” rumbo al 2024, porque, como lo sabe Abel Martínez, “el trabajo duro inicia ahora”.
Sobre todo, porque de frente no solo tendrá el poder reeleccionista de Luis Abinader, sino que, para las próximas elecciones, Leonel Fernández será un candidato a tomar en cuenta, más allá de los 365,230 votos que conquistó en las Presidenciales del 2020.
El discurso del líder de la Fuerza del Pueblo ha estado centrado en su “suficiente capacidad” para conducir el país ante los desafíos que hay por delante, en la situación de crisis global actual que ha tenido un duro impacto en la República Dominicana. Además, en la propuesta incluye temas que no pasan de moda: crear crecimiento, oportunidades, empleo y reducir la pobreza.
Lo cierto es que, el presidente Luis Abinader tendrá a una oposición más robusta, que le obligará a no cometer muchos errores, apostar a nuevos funcionarios que transmitan confianza a la gente y poner en práctica puntos neurálgicos de su propuesta de campaña: los que se enfocan en las áreas de educación, economía, seguridad social, salud y un combate sin tregua a la corrupción.
De estos puntos, en algunos se ha avanzado, pues contrario a años anteriores se ha disminuido la percepción de corrupción en República Dominicana, de acuerdo al Índice de percepción de corrupción de Transparencia Internacional.
Abinader tiene a su favor una popularidad por encima de sus adversarios, incluso fuera del país tiene la Aprobación del desempeño de presidentes latinoamericanos en un 68%, de acuerdo a la firma CIDGallup. Pero eso no basta para lograr pasar en una primera vuelta en mayo de 2024, según observan analistas.
Las mediciones serias que se han hecho hasta el momento abren la posibilidad de ir a un balotaje, en el que se pueden dar algunos escenarios, incluso, una alianza entre Leonel y Abel (sin importar quien obtenga el pase). Eso hay que verlo para creerlo. Solo tiempo al tiempo.
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