Un niño de 11 años que recibió amenazas de muerte tras reclamar un mejor acceso a la educación durante la pandemia de COVID-19 ha sido reconocido por la ONU por su activismo.
Francisco Vera es conocido en su Colombia natal por sus campañas medioambientales y su defensa de los derechos de los niños.
El 15 de enero recibió una amenaza de muerte desde una cuenta anónima de Twitter tras publicar un vídeo en el que instaba al gobierno a mejorar la conexión a internet de los niños que estudian en línea.
Ahora, la ONU ha entregado en mano una carta a Francisco, felicitándole por su trabajo pionero en el país sudamericano, donde no es inusual que los activistas medioambientales sean asesinados.
En una entrevista con la BBC, el estudiante dice que agradece las críticas, pero que las amenazas violentas son inaceptables.
El incidente despertó indignación en Colombia, donde la violencia contra los activistas de los derechos humanos y los líderes medioambientales va en aumento.
También impulsó los llamamientos a un mayor civismo en las redes sociales.
«Este tipo de amenazas son habituales en Colombia y suelen quedar impunes», sentencia Lourdes Castro, de Somos Defensores, un grupo que documenta las agresiones contra líderes comunitarios.
Nuevos niveles de intolerancia
«Amenazar a un niño de 11 años lo único que demuestra es que hemos llegado a nuevos niveles de intolerancia y falta de respeto por la libertad de expresión», denuncia Castro.
En una carta firmada por Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la organización agradece a Francisco su activismo y proclama que el mundo necesita más jóvenes con su «pasión por proteger el planeta».
«También estamos de acuerdo contigo en que es necesario mejorar la conectividad a internet para los niños y niñas de todo el mundo», añade la carta.
Esta fue entregada personalmente a Francisco por el delegado de Bachelet en Colombia.
Francisco dijo que estaba contento por el reconocimiento y que espera seguir trabajando con sus compañeros en proyectos medioambientales este año, incluyendo una campaña para prohibir los plásticos de un solo uso en Colombia.
«La crítica es parte de la vida, y la acojo con agrado siempre que sea constructiva y respetuosa», dice el estudiante a la BBC. «Pero obviamente no hay lugar para los insultos y las amenazas».
Francisco explica que empezó su carrera como activista a los seis años, cuando empezó a asistir a las protestas contra las corridas de toros junto a su familia.
Su amor por la naturaleza le llevó a implicarse en otros temas, como el reciclaje o las campañas contra la minería en las reservas naturales, explica.
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