Los altos niveles de música y otros tipos de sonidos afectan la paz y tranquilidad de la ciudadanía, sin que las autoridades hagan cumplir la ley en el municipio de Constanza, provincia La Vega.
El clamor de la población representada en organizaciones civiles, ante la estridencia de una gran cantidad de carros con bocinas modificadas, se siente por doquier. La música en alto volumen afecta tanto a los munícipes como a los visitantes que eligen a Constanza para descansar.
Ese fue el caso del comunicador Eduardo –Huchi- Lora, quien escribió a través de su cuenta de Twitter: “Constanza es una maravilla, pero en este momento y a kilómetros de distancia, los vacacionistas no pueden dormir, gracias a las bocinas. Algún día habrá autoridad y ley para que pueda progresar”.
Vienchy Rodríguez, presidenta del Clúster Turístico de Constanza, aseguró que la contaminación sonora es un tema que tiene 20 años en el olvido y las autoridades del municipio “no asumen su responsabilidad”. “Cómo munícipe comprometida, activista ambiental y en mi calidad de representante del sector turístico me siento indignada por la falta de acción en este tema que está afectando de manera significativa la tranquilidad de la gente de Constanza y visitantes”, expresó Rodríguez.
Los constanceros se quejan también de la contaminación sónica que provocan las motocicletas con sus mofles, así como el uso de sirenas en vehículos que no son de emergencia o policiales.
El jurista Eduardo Taveras lamentó que ninguna autoridad haga cumplir el artículo 16 numeral 12 de la Ley 64-00, sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, el cual establece que por su nivel prolongado o frecuencia afecten la salud humana, la calidad de vida de la población y el funcionamiento de los ecosistemas, sobrepasando de los niveles permisibles legalmente establecidos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la contaminación acústica como una de las formas más peligrosas en el mundo, conjuntamente con la contaminación del aire y del agua.
Vienchy Rodríguez, presidenta del Clúster Turístico de Constanza, estima que hay un estimado de 500 habitaciones en el municipio que el año completo recibe visitantes de diversas partes del país y del mundo. Aparte de esta cantidad, están las cabañas y estancias alquiladas desde la plataforma Airbnb.
Valle Nuevo, uno de los espacios turísticamente más visitados, recibió solo en enero de este año unas 5,081 personas. La cifra corresponde a las personas que pagan para pasar al área protegida. No incluye a niños y niñas y tampoco a familias que se dirigen al Salto de Aguas Blancas, informa el periodista y profesor Frarman García.
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