Este martes se cumplen tres meses del trágico colapso del techo de la discoteca Jet Set, un siniestro que dejó 236 personas fallecidas y casi 200 heridos el 8 de abril de 2025 en Santo Domingo.
A la fecha, se han presentado 128 acciones judiciales contra los propietarios, los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, demandan justicia.
Estas querellas incluyen acusaciones de homicidio involuntario (art. 319 del Código Penal), junto con demandas por negligencia estructural y la falta de supervisión estatal.
Los querellantes exigen indemnizaciones millonarias, medidas cautelares sobre bienes de los acusados y una revisión judicial rigurosa.
La jueza jueza Veloz, de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, dictó medidas de coerción a los hermanos Espaillat una garantía económica de 50 millones de pesos, presentación periódica e impedimento de salida del país para ambos.
Entre los fallecidos se encuentra el icónico merenguero Rubby Pérez, quien era el artista principal de la noche.
También perdieron la vida figuras reconocidas del deporte, como el exlanzador de Grandes Ligas, Octavio Dotel, y el exjugador Tony Blanco, además de la entonces gobernadora Nelsy Cruz.
La lista de víctimas incluye empresarios, políticos, trabajadores, padres de familia y turistas que habían acudido al evento, haciendo de esta una de las peores tragedias civiles en la historia reciente del país.
Muchos de los sobrevivientes relatan escenas de desesperación y caos. Algunas víctimas fueron encontradas abrazadas, tratando de protegerse mutuamente bajo los escombros.
Otras murieron aplastadas por las estructuras metálicas del techo que cedió súbitamente. El hecho de que la tragedia haya ocurrido en medio de una celebración musical, y en un lugar considerado emblemático del entretenimiento dominicano, agravó el impacto emocional para miles de familias que hoy exigen justicia y reparación.
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