Santiago. Un pastor junto con pacientes y líderes sociales protestaron encadenándose frente al Instituto Oncológico Regional del Cibao (IORC), en rechazo a las cancelaciones de médicos, los presuntos cobros excesivos y lo que califican como intentos de privatización del centro de salud.
El pastor PabloUreña, del Programa Niños con una Esperanza explicó que su acción fue motivada por un sentimiento profundo de indignación y responsabilidad social.
“Esto no es nada fácil, cuesta sacrificio encadenarse aquí, pero lo hago porque estamos hablando del único centro de cáncer en toda la región, un hospital que por más de 60 años ha librado de la muerte a cientos y miles de mujeres humildes, hoy un individuo y su familia se lo están adueñando descaradamente, como si fuera un negocio privado”, denunció el religioso.
Problemática
El líder comunitario advirtió que “las camas que antes eran sillones gratuitos ahora las convirtieron en habitaciones privadas, lo que costaba 500 pesos ahora cuesta 1,500, y las quimioterapias que sobraban y se daban al paciente más necesitado, ahora se retiran y se venden, ese no es el propósito por el que nació este patronato”.
En medio de la protesta, Ureña denunció que fue objeto de atropellos por parte de la seguridad: “Me cortaron la cadena y me amenazaron, sentí que me podían hacer daño, son métodos de intimidación para callarnos, pero no nos van a callar, este hospital es del pueblo y tiene recursos del pueblo; aquí se hacen colectas cada octubre, actividades de recaudación y campañas, no podemos quedarnos de brazos cruzados y permitir que un grupo se adueñe de lo que tanto sacrificio ha costado”.
El religioso acusó directamente al actual director del IORC de “usurpar funciones, sacar a médicos serios con más de 30 años de servicio, y colocar a familiares en puestos clave”. “Esto es un secuestro institucional”, concluyó.
Quejas pacientes
Los usuarios del centro también levantaron su voz de protesta, denunciando lo que consideran cobros abusivos e inalcanzables para pacientes de escasos recursos.
Ramona Rodríguez Reyes paciente del centro explicó que no tiene seguro médico privado y que la institución le exige pagar sumas que no puede costear.
“Antes cobraban 1,500 pesos por cama, ahora son 3,000. ¿Cómo vamos a pagar eso si apenas sobrevivimos?”, lamentó la dama.
Rodríguez Reyes sobreviviente de cáncer de mama, expresó su indignación: “Siempre este hospital fue un lugar para la gente humilde, pero ahora nos están cerrando las puertas, nos sentimos abandonados”.
Ada Amarante, otra usuaria del oncológico, denunció que en el centro “se ha instalado un negocio interno” y acusó directamente al dirección de pretender privatizar los servicios, afectando a quienes no pueden acudir a clínicas privadas.
Enfermeras rechazan traten pacientes pasillos
En respuesta a las críticas, el departamento de enfermería del instituto del cáncer, mediante un comunicado, negó categóricamente que se apliquen tratamientos de quimioterapia en los pasillos, como han circulado en algunas versiones en medios de comunicación y redes sociales.
Aseguran que brindan atención con profesionalidad y respeto, en un entorno seguro y adecuado, aunque sin referise a las cancelaciones de médicos.
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