Sin importar la información emanada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la opinión de algunos especialistas, de que las mascarillas son para el uso exclusivo de los infectados de covid-19 y que poco ayudan para evitar el contagio si no se toman otras medidas, su uso se ha vuelto popular en República Dominicana,
convirtiéndose prácticamente en una moda obligatoria.
Ante el agotamiento de las mascarillas quirúrgicas en las farmacias, la gente común puso en evidencia su ingenio y comenzó a confeccionarlas en los hogares y pequeños talleres con los más diversos dibujos, logos e incluso imágenes de personajes favoritos de los comics tradicionales o profesiones específicas.
Es casi imposible transitar por calles y avenidas o entrar a los pocos establecimientos comerciales que operan, en casi las 32 provincias de República Dominicana sin ver a los empleados o clientes portando una indeterminada variedad de cubrebocas o tapabocas, como quiera usted llamarle, por miedo a contraer el coronavirus.
Por lo regular nadie que se mueve por las vías de la ciudad es indiferente a esta moda obligada de cubrirse la boca. Y a la hora de hacerlo se usan mascarillas quirúrgicas, máscaras para pintar de diferentes filtros, máscaras para montar bicicletas o hacer ejercicios, máscara antigás, y todo tipo de mascara de protección y cubrebocas de telas.
Hay tapabocas de todos los colores, de todos tipos de materiales textiles y con una indeterminada variedad de logos e imágenes. Calaveras, bocas, comics, logos de marcas, emojis, banderas y escudos de la bandera dominicana, rostros de personas, figuras de animales, etc.
Choferes de camiones y de carros públicos, vendedores ambulantes, limpiadores de cristales, policías y militares, agentes de la Digessett, peatones, empleados públicos y privados, entre otros. Mejor dicho casi todas las personas andan con sus mascarillas, y otros también con guantes de látex.
Aunque pueda parecer extraña esta medida de cubrirse la boca, ya se ha convertido en obligatoria, sin haber una disposición oficial al respeto, pues bancos, farmacias y supermercados exigen que para ingresar a sus establecimientos haya que tener la boca y nariz tapados.
Incluso algunos supermercados tienen personal para regalar mascarillas y guantes desechables a las personas que vayan a ingresar al establecimiento y a la vez suministrarle gel alcoholizado para desinfectarse las manos.
Pan caliente
Desde que fue notificado el primer caso de contagio por coronavirus en el país, las farmacias, boticas y ferreterías fueron abarrotados por personas que compraban mascarillas que ofreciera cualquier tipo de protección, agotando la existencia del producto en estos negocios.
El miedo a contagiarse con el coronavirus, y la escasez de todo tipo de productos de protección originó que hombres y mujeres improvisaran un poco, y se cubrieran parte del rostro con cualquier pedazo de tela, toalla, pañuelo, bufanda, t-shirt, etc.
Pero, como era de esperarse, la creatividad y necesidad de hacer negocios dio origen a que pequeños empresarios textiles, costureras (en sus hogares) y sastres entraran al nuevo negocio espontáneo que acababa de surgir en la confección y fabricación de mascarillas que son vendidas en calles, semáforos, y centros comerciales con aglomeración de personas.
Efectividad
Aunque en todas partes se están fabricando y vendiendo cubrebocas , no ha habido ningún llamado oficial de las autoridades informando a la población de que este tipo de iniciativa de fabricación, venta y consumo, no debe llevarse a cabo sin antes confirmar que el producto que se fabrica y vende cumple los mínimos estándares exigidos en cuanto a la protección.
Muchas de las mascarillas que se venden de manera casera están fabricadas de algodón, un material totalmente desaconsejado en algunos portales especialistas en el tema porque, a pesar de la comodidad que presenta, absorbe el agua y las microgotas de saliva con virus. Además si este tejido no está tratado con antibacterianos, favorece su crecimiento.
Hay que mencionar que en muchos casos hasta las mascarillas bien fabricadas se están usando mal, porque la nariz casi siempre esta fuera, o en muchos casos las personas se la quitan y se la ponen para hablar.
Otros se la meten en los bolsillos, le tocan la parte delantera, además si las manos no han sido lavadas o desinfectadas correctamente se corre el riesgo de una infección.
¿Protegen?
Aunque las opiniones médicas de los expertos sobre la efectividad del uso de las mascarillas para evitar el contagio del coronavirus, han creado un debate de si deben usarse o no, y que tan efectiva son a la hora de contraer una infección; se da como un hecho que es mejor usarla a no hacerlo siempre y cuando se haga de la forma correcta.
Hay dos tipos de mascarillas como son las quirúrgicas, que filtran el aire que se exhala y por tanto retienen los agentes, partículas, bacterias o virus se pueden transmitir a través de la respiración hacia otras personas que están a nuestro alrededor.
Y también están las de protección respiratoria, que filtran el aire que inhalamos del exterior, estas retienen agentes, partículas, bacterias o virus que provienen del entorno en el que nos encontremos y de los que deseamos protegernos.
Dentro de este tipo existen algunas con distintas variedad de filtrados y son identificadas por sus siglas en ingles FFP (Filtering Face Piece) por lo regular estas incorporan válvulas de exhalación que reduce la humedad del interior, por lo cual es más fácil respirar.
Con las mascarillas FFP1(filtro de partículas tipo P1) existe un 78% de eficacia de filtración mínima, 22% de fuga hacia el exterior. Por su parte las FFP2(filtro de partículas tipo P2) tienen un 92% de eficacia de filtración mínima, 8% de fuga hacia el exterior, y por ultimo están las FFP3 con un 98% de eficacia de filtración mínima, 2% de fuga hacia el exterior.
De esta variedad solo la FFP3 (filtro de partículas tipo P3) actúa contra distintos tipos venenosos y tóxicos de polvo, humo y aerosoles, y es muy eficaz contra, virus, esporas de hongos y bacterias.
Cómo usarla
Si se decide o tiene que usar una mascarilla, es fundamental utilizarla y desecharla correctamente para que sea eficaz y para evitar que aumente el riesgo de contagio asociado con su mal uso, y su eliminación de manera incorrecta.
No se hace nada con portar una mascarilla si no se hace correctamente tanto en el uso como en el manejo. Si se toca una mascarilla con las manos sucias, si se reúsa cuando no se debe, o si está fabricada con materiales inadecuados, la calidad de la protección será nula.
La mascarilla debe colocarse cuidadosamente para que cubra la boca. Debe estar puesta de tal manera que no haya espacios de separación con la cara. Esta no puede ser tocada mientras se lleve puesta, y para quitársela hay que utilizar la técnica correcta que es desamarrarla en la nuca sin tocar su parte frontal.
Si se usa una mascarilla, aunque sea de forma correcta, y no se toman otras medidas de higiene como el lavado de las manos con jabón de cuaba o algún gel con alcohol, no se tendrá la protección deseada.
Otra cosa que hay que recordar siempre es no tocarse los ojos, ni nariz, ni boca nunca, y sobre todo mantener la distancia de un mínimo de dos metros con la otra persona y evitar las aglomeraciones.
En la moda
Algunas de las grandes marcas de la moda como Louis Vuitton, Gucci, Fendi y Off-White han creado una serie de mascarillas que pueden proteger sin que se pierda el glamour. El cubrebocas de Louis Vuitton, diseñado con el logo de la marca cuesta 85 dólares. Fendi, lanzó una mascarilla con el diseño clásico de la lengua roja de la banda de los Rolling Stones, y se vende a 200 dólares, al cierre de este reportaje ya se habían agotado casi todas las que estaban a la venta.
Riesgos
Cuando se usan mascarillas las personas tienden a tocarse más la cara para intentar ajustarla, y por esta razón se eleva la probabilidad de ser contagiado con el coronavirus. En otros casos ,las mascarillas no ajustan bien y pueden entrar partículas y virus, y las personas al tenerlas colocadas se creen que están mas protegidas.
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