Este miércoles se cumplen cinco años de la muerte a los 62 años del dirigente comunitario y político Ramón Almánzar, hombre recordado por su ética, calidad humana y defensa de los derechos de la población más vulnerable.
Pasaban las 12:00 del mediodía del 27 de mayo del 2015, cuando le dio un infarto en momento que se encontraba en su oficina jurídica de la calle Lea de Castro, del sector Gascue, en el Distrito Nacional, el cual le provocó la muerte mientras era conducido a la Clínica Abreu.
Un día después de su partida, decenas de políticos, empresarios y dirigentes sociales desfilaron por la Funeraria Blandido de la avenida Abraham Lincoln para darle el pésame a su esposa María Cantisano, a sus hijos y demás familiares, quienes, además de doloroso, catalogaron como algo imprevesible su fallecimiento, ya que Almánzar gozaba de buena salud y si fuera por él los médicos pasaran hambre.
En horas de la tarde del jueves 28 de mayo, su cuerpo fue trasladado al local del Movimiento Patria Para Todos, donde le realizaron un acto simbólico de despedida, para luego ser conducido hacia el cementerio Jardin Memoral, de la avenida Jacobo Majluta, donde está en eterno reposo.
Fue un hombre fiel a sus principios y no se dobló ante las adversidades el chantaje y las presiones, así lo recordaron las personas que lo conocieron. Mientras que sus hijos recalcaron su honestidad y amor, según reportes periodísticos de aquel entonces.
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