El presidente de la Asociación Dominicana de Restaurantes (Aderes), Rafael Cabrera, reveló que entre el 30 y el 35% de los restaurantes quebrarán por su cierre total por la pandemia del COVID-19 y dijo que número de empleos que tenía ese segmento del sector se perderán.
“Es una situación muy difícil y no quiero desilusionar mucho a los empleados,
porque después se me amargan. Y los restaurantes trabajamos como una familia”, expresó, a la vez que resaltó la importancia de este capital humano que es formado y apreciado por las empresas.
Resaltó que los miembros de Aderes se encuentran en su mayoría en Santo Domingo, Santiago y Punta Cana y generan más de 15 mil empleos directos e involucra una amplia cadena de valor que incluye a todos los sectores que les abastecen y que también se han paralizado.
Expresó que el COVID-19 ha sido desastroso para el sector porque venía creciendo y posesionándose a nivel local e internacional y la pandemia le ha llevado a una paralización total.
Expuso que todos los miembros de la asociación tienen a sus empleados en el programa Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado (FASE) y en su mayoría una paralización total.
Indicó que los restaurantes necesitan que se continúe el FASE y financiamiento con baja tasa y largo plazo para pagar, pues se requiere hacer nuevas inversiones y restaurar el inventario.
Dijo que la incorporación de los empleados al trabajo se hará de manera escalonada, según aumente la demanda. Expresó que esperan que sea en principio un 30% de su capacidad y que esta cifra aumente con el tiempo.
Adaptación. Cabrera agregó que muchos restaurantes han movido sus operaciones con envíos a domicilio (delivery) y comida para recoger en el local (take out) pero las ventas de esta forma es muy mínima, apenas un 15 o 10%, lo que no produce grandes beneficios, por lo que muchos prefieren estar cerrados.
Expresó que en el mes de abril, cuando se autorizó la venta de comida de esta forma, muchos restaurantes abrieron y volvieron a cerrar pues sus ventas eran mínimas, pero esta situación fue contraria para los locales que se especializan en comida rápida, cuyo volumen de venta por delivery o take out es alta. “No conviene prender una cocina para tu vender un número tan mínimo. Más gastas tu en empleados, en energía y en alquileres que lo que estas generando”, dijo.
Recordó que el restaurante está diseñado no para delivery o take out, ya que sus clientes prefieren estar ahí por el ambiente, la experiencia, la música, el trato y el confort.
Expresó que los restaurantes abrirán el primero de julio junto con todo el sector turístico y también tienen unos protocolos que fueron consensuados con los Ministerios de Salud Pública y Turismo.
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