En contra de lo que la gente cree, en ninguna ley estadounidense se especifica que el idioma oficial de Estados Unidos sea el inglés. Sin embargo, es evidente que Estados Unidos, pese a ser un polo de atracción para personas provenientes de todos los lugares del planeta desde el momento mismo de su fundación, es un país de raíces culturales e históricas eminentemente anglosajonas, y el i inglés ha funcionado como elemento aglutinador de la nación y principal elemento de integración.
Más allá del debate a cerca de la identidad hispana de gran parte del territorio de Estados Unidos, que perteneció al Virreinato de la Nueva España durante el Imperio Español, los Estados Unidos, como Estado-nación, siempre se ha circunscrito en el ámbito del mundo anglo.
El debate sobre la oficialidad o no del inglés en Estados Unidos ha ocupado discusiones en varios foros del país desde que la inmigración procedente de países hispanos han convertido al español como el segundo idioma del país. En algunas áreas es aplastantemente la lengua mayoritaria.No se trata, sin embargo, de un fenómeno que hunda las raíces en la antigua dominación hispana, es un fenómeno actual fruto de los actuales movimientos migratorios.
El tema ha vuelto con fuerza a la actualidad después de que el cantante puertorriqueño Bad Bunny fuera seleccionado para realizar el espectáculo de la Super Bowl, el próximo 8 de febrero, y anunciara que cantará en su lengua, en español.
En un reciente vídeo en el programa Saturday Night Live, pronunció unas frases en español y, a continuación, añadió en inglés que «si no entienden lo que dije, tienen cuatro meses para aprender» el español.
El chascarrillo, más una inocente broma que una declaración de intenciones políticas de ningún tipo, no sentó nada bien, sin embargo, a algunos congresistas estadounidenses.
Es el caso de la siempre polémica Marjorie Taylor Greene, combativa congresista republicana por Georgia, ferviente defensora de Donald Trump conocida por su vehemencia en algunas posturas que van desde la crítica a la ideología woke, a una postura de choque frontal con China por temas comerciales y de espionaje tecnológico.
Sin embargo, el asunto que más críticas le han valido es su postura prorrusa y cercana a los postulados de Vladimir Putin respecto a la guerra de Ucrania, y su campaña a favor de que se corte del todo el grifo financiero y de apoyo armamentístico a Ucrania.
Ahora, tras las palabras de Bad Bunny, la congresista Greene ha reclamado a la Cámara de Representantes que apruebe una ley que convierta el inglés en el idioma oficial y único del país, informa Efe, como sucede, por otro lado, en la mayoría de las democracias del mundo.
«Bad Bunny dice que Estados Unidos tiene cuatro meses para aprender español antes de su perversa y no deseada actuación en el medio tiempo del Super Bowl», escribió Taylor Greene en un mensaje en la red social Twitter.
Además, criticó la naturaleza de los espectáculos de la Super Bowl, a los que denominó «actuaciones sexuales demoníacas».
Lo cierto es que el Congreso ya está estudiando un proyecto de ley presentado el pasado 5 de marzo por la misma congresista, donde se establece el inglés como idioma oficial del Gobierno Federal.
Dicha ley no impide el aprendizaje de otros idiomas en la educación, pero exige que el inglés sea requisito para la naturalización.
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