Con todos los centros de la Gran Manzana desbordados por la continua llegada de pacientes con cuadros de enfermedades respiratorias, sospechosos de haber sido contagiados por coronavirus, se plantea un escenario demoledor, pues la disponibilidad de equipos necesarios para atender la emergencia y salvar vidas, y que a la vez protegen a los trabajadores de la
salud, se agotará en cuestión de días.
Así lo volvió a advertir este lunes el alcalde Bill de Blasio, quien fue muy claro al sentenciar: “en nuestros 11 hospitales públicos, solo podemos garantizar esta semana con el equipo y los suministros que tenemos. Esa es la realidad contundente. Si no obtenemos esta semana cientos de ventiladores para dar respiración mecánica para atender a los pacientes y millones de máscaras y otros insumos como batas y guantes para nuestro personal hospitalario, llegaremos en cuestión de días a un punto en el que las personas no podrán ser salvadas”.
La advertencia del Alcalde se da en momento en que la Gran Manzana registraba, hasta este lunes en la mañana, al menos 12,000 casos positivos de coronavirus, mientras que el número de enfermos a nivel estatal llegaba a los 21,000.
El “grave diagnóstico” revelado por las autoridades de la Ciudad, está precedido por una seguidilla de denuncias, por parte del personal médico que está en la primera línea de atención de los miles de pacientes en diferentes centros de salud de la Gran Manzana, incluyendo los privados.
A la ecuación de la disminución de los inventarios de mascarillas, batas, guantes quirúrgicos, y ventiladores, se suma la escasez de personal médico y auxiliar que de por si ya era un mal “endémico” en los hospitales de Nueva York, que ahora muestra su peor rostro ante el estado de emergencia, que apenas comienza.
La “agonía” de las mascarillas
El Dr Conrad Fischer, director del programa de residencia en medicina interna en el Centro Médico de la Universidad de Brookdale, en Brooklyn, reseñó a medios locales que están “a uno o dos días de quedarno sin equipo de protección, nos quedan 17 ventiladores y acabamos de tener media docena de empleados que dieron positivo en COVID-19”.
Este hospital neoyorquino tiene una docena de pacientes positivos con el virus y unas 20 personas bajo investigación. Todo indica que deberán abrir y expandir los pisos, y convertir los espacios de oficinas en lugares para que los pacientes reciban tratamiento.
En una carta al personal del Centro Médico Presbiteriano de Nueva York / Universidad de Columbia, Craig R. Smith, el jefe médico explicó por qué los empleados están obteniendo una máscara N95 y la están reutilizando indefinidamente.
“El equipo de protección personal es un recurso cada vez más limitado, ilustrado más dramáticamente por las máscaras. Los empleados serán responsables de mantener su máscara limpia y disponible”, especificó en la misiva.
Este hospital generalmente utiliza 4,000 máscaras N95 al día, pero actualmente consume hasta 40,000 y necesitará alrededor de 70,000 por día, en aproximadamente 23 días a medida que crece el brote, precisaron reportes médicos.
Ya hace dos semanas la Asociación de Enfermeras del Estado de NY (NYSNA) había denunciado antes de estallar la emergencia, que estaban observando con preocupación que este personal del sector salud debía reutilizar las mascarillas hasta por jornadas completas de 12 horas, inclusive luego de haber estado en contacto con pacientes sospechosos de ser portadores del COVID-19.
Yury Sheredam, presidenta de NYSNA, a través de un informe detalló que el 61% de los profesionales de enfermería “están desatendiendo todos los protocolos de autoprotección ante epidemias como estas, por falta de barreras básicas, y el asunto será más grave por la escasez de enfermeras que hay en el estado”, argumentó.
Desde el año 2014, las enfermeras neoyorquinas vienen llamando la atención sobre la alta cantidad de pacientes que de manera regular deben atender diariamente.
Yury Sheredam, líder de la Asociación de Enfermeras de NY: no hay suficientes mascarillas. Foto: Fernando Martínez |
Entre tanto, este lunes a través de una orden ejecutiva, el gobernador Andrew Cuomo, exigió que los hospitales aumenten su capacidad en al menos un 50%, para abordar la inminente afluencia de pacientes infectados con coronavirus en Nueva York,
“No creo que sea irrazonable anunciar que se intente alcanzar un aumento del 100 por ciento, pero en principio debemos lograr un aumento del 50 por ciento”.
Cuomo, desde el Centro de Convenciones Javitz, en Manhattan, en donde funcionará en los próximos 10 días uno de los cuatro hospitales provisionales con más de 2,000 camas, indicó que su administración había avanzado en la obtención de cientos de miles de suministros médicos que se distribuirán a diferentes partes del estado.
En cuando a la ciudad de Nueva York, informó que recibirá a muy corto plazo más de 169,000 máscaras N-95, otras 430,000 máscaras quirúrgicas, 176,000 guantes, 72,000 batas y 98,000 protectores faciales.
“Estamos adquiriendo insumos y lo vamos a comprar en donde existan. Igualmente es sorprendente la solidaridad de miles de voluntarios de jubilados y estudiantes del sector salud que han mostrado su disposición a ayudar en esta crisis“, sostuvo.
De Blasio también comentó que tuvo un contacto telefónico con el presidente Donald Trump y al vicepresidente Mike Pence sobre la grave situación de los limitados suministros y el personal médico en la ciudad de Nueva York, pero aseguró que todavía no ha obtenido “una respuesta real, ni un cronograma de acción”.
El señor Carlos Burgos fue uno de los primeros casos reportados positivos de coronavirus en NYC. Foto: CortesíaFamiliares de pacientes viven momentos de angustia
Otro de los ángulos que perfila esta emergencia sanitaria en la Gran Manzana es la “poca o nula” actualización que ofrece el personal médico a los familiares de pacientes internados en los hospitales de la red pública, a causa del coronavirus.
El inmigrante ecuatoriano Carlos Burgos, de 82 años, empezó a sentir problemas respiratorios hace tres semanas y luego de estar internado en el Hospital Elmhurst, de Queens, fue diagnosticado el pasado 10 de marzo con COVID-19, convirtiéndose en uno de los primeros casos positivos de coronavirus en la ciudad, cuando apenas se contaban 22 los pacientes.
La situación del señor Burgos, quien vive en un hogar para ancianos de Caridades Católicas en Corona, es particularmente delicada, y representa uno de los primeros casos de Covid-19 que afecta a una familia hispana en la ciudad de Nueva York.
“Mi papá padeció neumonía el pasado verano, pero además sufre de Alzheimer y Parkinson. Está en cuidados intensivos, pero entiendo que los médicos están colapsados con esta situación, Dios los bendiga a todos, pero es inhumano que nosotros sus familiares no tengamos comunicación, no sepamos nada, porque el acceso al hospital está restringido”, narró Virginia Burgos, de 55 años, una de las tres hijas de Carlos.
Virgina dijo entender las limitaciones de visitas, porque es para contener la epidemia, pero le parece inexplicable que ni siquiera por un mensaje de texto o una llamada, los médicos que ven a su padre hagan en intento por establecer contacto con los familiares.
“Pasó una semana sin yo saber absolutamente nada de mi papá. Después de tanto insistir con llamadas y mensajes no atendidos, finalmente el doctor informó que mi padre estaba estable. Aunque le están suministrando antibióticos porque tiene neumonía. Pero han sucedido cosas que no entiendo por ejemplo: ellos aquí en Elmhurst no tienen reportes del médico primario de mi papá“, explicó.
Otras hermanas de Virginia intentaron tener algún reporte sobre la salud de su padre y fue imposible. Se enteraron que tuvo cuadros febriles que sobrepasaron los 102 grados, pero de allí, no tienen otros detalles de su cuadro clínico.
Catástrofe de salud en cifras:
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