Santiago. En el sector La Otra Banda la miseria y el hacinamiento conviven entre cientos de familias, cuyas casuchas fueron levantadas en el mismo borde de las aguas del canal de riego Monsieur Bogart.
En aproximadamente un kilómetro del canal, desde hace más de tres décadas, destartaladas viviendas fueron construidas sobre neumáticos y palos fueron instaladas por personas que provenían desde distintos puntos de esta ciudad y de otras comunidades del Cibao. Las autoridades que trabajan con el sector agua, estiman que al menos 250 casas han sido levantadas con el paso de los años en el sector La Otra Banda, comunidad ubicada al suroeste del municipio cabecera de Santiago de los Caballeros.
Las deprimentes condiciones en que mal viven, exponen a sus ocupantes al peligro y a la contaminando del importante canal de riego, que permite brindar agua a cinco acueductos de la Línea Noroeste y para la producción agrícola.
Ante la fragilidad de las construcciones, los deslizamientos han permitido que una gran parte de las viviendas colapsen sus estructuras.
Falta de regulación
La falta de regulación y controles contra los ocupantes, hacen del canal Monsieur Bogart una letrina donde lanzan las heces fecales ante la falta de baños, o para los desperdicios de animales desde hogares que viven de la venta de frituras de cerdos y pollos.
Yadira Coronado vive junto a sus tres hijos en una casucha de madera y pedazos de cartón y cobijada de zinc levantada entre neumáticos en las aguas del canal de riego Monsieur Bogart.
Coronado narra las condiciones de miseria y riesgo en que sobrevive junto a su familia.
A escasa distancia de la casucha de Yadira, Josefina Veras ve como ha colapsado una parte de la pared y los ajuares han ido a parar a las aguas del canal de riego.
Josefina Veras lleva 36 año residiendo en el lugar y dice que se ve expuesta al peligro y la contaminación.
La mujer lamenta que las autoridades se acuerdan de ellos, solo cuando se registran tragedias o para las fechas de elecciones.
Problemática lleva más de tres décadas
Marino Abreu, director regional del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) dijo que con el paso de los años, han tomado un kilómetro del canal desde donde bifurcan hasta el vertedero uno.
“Este semillero de casitas comenzó en la década de los años 80. Todavía ni siquiera yo estaba en el INDRHI cuando comenzaron a construir y ya voy 35 años en esa institución. La verdad es que contaminan las aguas del canal que alimenta varios acueductos”, apunta Abreu. El funcionario recuerda que el proceso comenzó con Rosita Fadul cuando era la gobernadora provincial de Santiago y desde entonces se ha tornado imparable.
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