Los Mets se vieron en la necesidad de adaptarse a una nueva y desconocida realidad el lunes por la noche, y rápidamente. Aunque la resonancia magnética de la espalda baja de Francisco Lindor no mostró daño estructural (una buena noticia inequívoca para él y para Nueva York), el candidato a Jugador Más Valioso de la Liga Nacional se perderá al menos un par de juegos para permitir que su dolor vuelva a un nivel manejable.
Eso significa que hay un vacío casi imposible de llenar en la posición de campocorto y en la parte superior de la alineación. Pero en medio de una carrera por el comodín de la Liga Nacional , el club entiende que no tiene sentido lamentarse por la situación: hay partidos que ganar.
“Será extraño, pero nadie se va a sentir mal por nosotros. Y ese es el mensaje que estamos transmitiendo a los jugadores”, dijo el mánager Carlos Mendoza. “La gente tendrá que seguir dando un paso al frente, lo hemos hecho durante todo el año. La buena noticia es que volverá, pero mientras tanto, no podemos quedarnos sentados esperando. Tenemos que ocuparnos de nuestros asuntos”.
Los Mets tardaron un poco, pero superaron su primera prueba. Después de siete entradas de una ofensiva tranquila contra el abridor Jake Irvin, Nueva York se abrió paso contra el bullpen de los Nats para completar la remontada en el primer partido de la serie, ganando un encuentro de 2-1 en 10 entradas. José Iglesias, que comenzó en el campocorto y bateó desde el primer puesto, conectó el sencillo productor dentro del cuadro que empató el juego en la octava entrada con dos outs. Starling Marte llegó con el golpe decisivo en la décima, impulsando al corredor automático con un sencillo, la undécima victoria de los Mets en la temporada.
Los Mets tomaron el control del tercer y último puesto de comodín de la Liga Nacional, adelantándose un juego a los Bravos, que perdieron ante los Dodgers el lunes por la noche.
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