10 octubre 2024

Los casos graves de COVID aumentan el riesgo cardíaco a la par de los antecedentes de enfermedades cardíacas

 



Una infección grave con COVID puede aumentar el riesgo de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular de una persona tanto como los antecedentes de enfermedad cardiaca, según un estudio reciente.  Las personas hospitalizadas por COVID tenían más o menos el mismo riesgo de un evento cardiaco grave que las personas con enfermedad cardiaca que nunca habían tenido COVID, encontraron los investigadores.

Los resultados también mostraron que cualquier tipo de infección por COVID (de leve a grave) duplica el riesgo de un evento cardiaco grave hasta tres años después de la enfermedad.  "Estos hallazgos revelan que, aunque se trata de una infección del tracto respiratorio superior, COVID-19 tiene una variedad de implicaciones para la salud, y subraya que debemos tener en cuenta los antecedentes de una infección previa con COVID-19 al formular planes y objetivos preventivos de la enfermedad cardiovascular", señaló el coinvestigador principal, el Dr. Stanley Hazen, catedrático de ciencias cardiovasculares y metabólicas del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland.

Al principio de la pandemia quedó claro que COVID aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos y problemas cardiacos de una persona, pero sigue habiendo una falta de comprensión sobre cuánto dura este riesgo y qué factores influyen en él, apuntaron los investigadores.   En este estudio, los investigadores analizaron datos de más de 10,000 pacientes con COVID en el Reino Unido diagnosticados entre febrero y diciembre de 2020, y compararon su salud cardiaca con casi 218,000 personas que no estaban infectadas con COVID.

El equipo encontró que la hospitalización por COVID es un "riesgo equivalente" a la enfermedad de las arterias coronarias.

También encontraron que el riesgo de una persona varía según su tipo de sangre.

Las personas con los tipos sanguíneos A, B y AB tenían un riesgo más alto de problemas cardiacos futuros tras una infección grave con COVID, en comparación con las personas con un tipo de sangre O, muestran los resultados.

Esto sugiere que la genética de una persona podría tener un rol en su riesgo cardiaco tras una infección con COVID, apuntaron los investigadores.

Los hallazgos se publicaron en la edición del 9 de octubre de la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology.

"Estamos tratando de descartar otras explicaciones alternativas, pero parece que en realidad está sucediendo algo biológico con estos grupos sanguíneos específicos", señaló el coinvestigador principal Hooman Allayee, profesor de ciencias de la población y de la salud pública, y de bioquímica y medicina molecular de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California.

"Dadas nuestras observaciones colectivas y el hecho de que un 60 por ciento de la población mundial tiene estos tipos de sangre distintos del O, nuestro estudio plantea preguntas importantes sobre si se deben considerar esfuerzos más agresivos de reducción del riesgo cardiovascular, posiblemente tomando en cuenta la composición genética de un individuo", añadió Allayee en un comunicado de prensa de la universidad.

Los médicos ahora deben sopesar la infección con COVID como parte del riesgo cardiaco general de los pacientes, dijo Allayee.

"La pregunta ahora es: ¿Podría este hallazgo, junto con estudios posteriores, cambiar las directrices internacionales para la atención cardiaca preventiva, incluso en ausencia de enfermedad cardiaca conocida?" --dijo Allayee--.

Más información

Johns Hopkins Medicine ofrece más información sobre los problemas cardíacos después de la infección por COVID.

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