Los sueldos “cebollas” que devengan militares y policías, principalmente los alistados, siguen provocando un “avisperos” en los cuerpos castrenses, donde algunos de sus miembros han perdido el temor a las sanciones y han decidido públicamente referirse a la situación de pobreza y penurias en que viven.
Durante nueve años consecutivos se hicieron promesas oficiales que nunca fueron cumplidas