Ver niños y niñas andando por las calles, sentados en una esquina, jugando a orillas de ríos y cañadas o cualquier otro lugar, en diferentes barrios del Gran Santo Domingo, y en especial en algunos de los sectores más marginados, en horas de la mañana o de la tarde, puede ofrecer una visión real de lo que está pasando con la educación virtual o a distancia en el país.