Cuando los Mets firmaron a Max Scherzer con un contrato récord la pasada temporada muerta, la idea era que jugase un rol determinante en el proceso de transformar a la franquicia. Más que el tres veces ganador del Cy Young y ganador de la Serie Mundial, Scherzer ha sido por muchos años uno de los jugadores más respetados del béisbol. Era fácil verlo como el catalizador de una cultura ganadora.