Santiago.-La propuesta de reubicación por parte de la alcaldía, no impidió que vendedores informales acudieran este jueves al mercado de pulgas de Pueblo Nuevo a ofertar sus mercancías.
Sin embargo, la falta de compradores y las lluvias registradas en esta región obligó a los dueños de pacas a retirarse, en medio de la confusión y el desconocimiento de saber a que
punto de la ciudad serán trasladados.
En el entorno del local del mercado, solo los 22 dueños de módulos construidos durante la administración municipal de José Enrique Sued operan con normalidad.
A pesar de la presencia de los agentes policiales yd e la policía municipal para impedir que se materializara el mercado, algunos dominicanos y haitianos llegaron en minibús desde puntos como Moca, Puerto Plata y Dajabón para instalar sus puestos.
Gustavo Taveras lleva ocho años vendiendo ropa usada en el mercado de pulga y reconoce la necesidad de organizar a los buhoneros.
“A mí lo que me importa es que me digan a donde nos van a llevar desde aquí para entonces estar preparado”, expresa Gustavo Taveras.
Algunos de los compradores, eran madres que llegaban para adquirir zapatos escolares a bajos precios para sus hijos, debido a que en las tiendas grandes les resulta muy caro.
Algunos de los dirigentes de la asociación de vendedores informales iniciaron el levantamiento de un censo, que les permitirá saber la cantidad total de personas que serán trasladadas a un espacio que hasta el momento desconocen, pero que fue prometido el pasado miércoles por al alcalde Abel Martínez Durán.
Marcela María Torres, otra de las vendedoras de ropa usadas que opera en el mercado de pulgas, recuerda que apenas trabajan una vez a la semana para el sustento de su familia.
Los beneficios de la ventas de una semana, apenas llegan a dos mil 500 pesos y con la suspensión del mercado, quedan desprovistos de todo.
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