Benito Almonte lleva 14 años con su negocio Auto Glass, localizado en el 1277 de la avenida Jerome, con el que ha podido tener una vida digna, pero confiesa que justo cuando el Concejo Municipal acaba de dar luz verde al plan de rezonificación de esa parte de El Bronx, la preocupación lo invade.
El dominicano sabe que el cierre de su local es inminente y aunque manifiesta entender
que se trata de un beneficio para la comunidad, hace un llamado a que la Ciudad apoye más, económicamente, a todos los comerciantes afectados.
La Administración De Blasio, a través de la agencia de Pequeños Negocios, anunció que ofrecerá un bono hasta por $20,000 a los negocios de autopartes y otras industrias del vecindario para cuando llegue el momento de mudarse como parte de un fondo de $ 1.5 millones para ayudarlos en su reubicación. Pero Almonte lo considera insuficiente.
“Yo tengo aquí ya 14 años y $20,000 la verdad que no da pa’ nada. Solo buscando un local a uno le piden 2 y tres meses de renta. Lo correcto sería que nos diera por lo menos $60,000”, manifestó el pequeño empresario, quien no quiere que el plan de rezonificación lo tome por sorpresa, por lo que lleva meses tratando de encontrar un buen sitio, pero no ha tenido éxito.
“He tratado de buscar local y no hay. Y los que aparecen son de $6,000 y $7,000, sin la luz, y aquí pago $3,500 con todo, entonces $20,000 solo daría pa’ eso, ¿y la mudanza qué? ¿Y el tiempo que uno se quede sin trabajar qué? Eso quién nos los paga”, agregó el dominicano.
A unas pocas calles de allí, en un negocio de llantas, Francisco Morán mostró la misma queja. El empresario, quien lleva más de 20 años ganándose la vida con su negocio, dice que $20,000 de subsidio es una especie de burla.
“Eso no alcanza para nada y lo peor es que ni siquiera nos han dicho como va a ser eso y si todos podemos aplicar. No comunican nada”, dijo el dominicano, destacando que el plan urbanístico de Jerome, que rediseñaría 95 cuadras entre las calles 167 y 184, para crear más unidades de viviendas, y que se suma al plan de otros vecindarios como East New York, Far Rockaway y East Harlem, le quitó la sonrisa del rostro.
Empleados preocupados
Pero además de la queja de los propietarios de los negocios, los cientos de empleados que ven su futuro laboral incierto, hacen un llamado a la Ciudad para que los bonos se hagan extensivos a los trabajadores.
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