A la distancia de su muerte, conserva el mérito de ser considerado como uno de los políticos más honestos de todos los tiempos en la República Dominicana
Un día como hoy, 25 de abril de 1878, murió, a los 55 años de edad, Ulises Francisco Espaillat Quiñones, en Santiago de los Caballeros, República Dominicana. Fue un farmacéutico y político dominicano, quien fue presidente de la República en el período comprendido entre el 29 de abril de 1876 y el 5 de octubre del mismo año; un gobierno de 5 meses y 6 días. Ulises Francisco Espaillat, a la distancia de su muerte, conserva el mérito de ser considerado como uno de los políticos más honestos de todos los tiempos en la República Dominicana. Su gobierno pasó a la historia con los siguientes calificativos: Patriótico, progresista, honesto y democrático. Pero, como casi siempre pasa en estos casos, fue derrocado por un golpe militar orquestado por un grupo de pequeños burgueses intolerantes y anarquistas.
El legado de Ulises Francisco Espaillat es tan amplio que no hay manera de resumirlo en dos párrafos. Su obra de gobierno, su fina amistad con Juan Pablo Duarte y con Ramón Matías Mella, su lucha por la restauración de la República, su fina pluma y otros importantes méritos hicieron de él un modelo a seguir. Su legado más valioso es el de la ética y la honestidad, tomado como referente, al punto que con el decreto presidencial No. 252-05 del 18 de abril del 2005 se designó, en su honor, el 29 de abril de cada año como “El Día Nacional de la Ética Ciudadana” en la República Dominicana, porque su toma de posesión como presidente de la República se produjo un 29 de abril.
Termino esta nota con un pensamiento de Ulises Francisco Espaillat, cito: “La juventud ilustrada es quien ha obrado, y seguirá obrando, milagros en todo cuanto tenga relación al adelanto y progreso de la humanidad”.
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