En el 2022 la economía dominicana enfrentó una serie de desafíos que puso en juego su crecimiento, sin embargo salió a flote de la crisis que originó la pandemia y la guerra entre Ucrania y Rusia.
A pesar de esto, se ha proyectado para el cierre del 2022 un 5 % y una inflación con un comportamiento descendente, pero para este año 2023 se prevé una posible desaceleración en la economía global como principal desafío.
De acuerdo con el economista Juan del Rosario, el 2023 es un año que inicia con grandes retos por el aviso de una reducción a nivel mundial, seguido de una agudización del conflicto entre Ucrania y Rusia, lo que podría ser nefasto para el tema de los commodities y de los combustibles.
“El conflicto geopolítico parece que no terminará en el corto plazo; todo parece indicar que el petróleo se mantendrá en la franja de tendencia hacia arriba”, apuntó.
En ese orden, el entorno internacional adverso pudiera afectar los ingresos de divisas por concepto de turismo, remesas y exportaciones.
Indicó que los Estados Unidos seguirán aumentado su tasa de política monetaria, por lo que el Gobierno dominicano tendrá que colocar bonos soberanos a una tasa de interés mayor.
Asimismo, señaló que también tendrá que mantener un nivel de crecimiento cercano al potencial con control de la inflación y seguir con los subsidios para que la gente no pierda capacidad de compra. “La economía en el 2023 pudiera crecer, pero ese crecimiento puede que no tenga un impacto positivo en la generación de empleo, sobre todo en los formales”, sostuvo.
Mientras que, Antonio Ciriaco citó que este nuevo año es posible que la economía dominicana pierda fuerza y tenga dificultad para despegar al mismo nivel que el 2022. “La economía necesitará un gran empujón de la inversión pública y mejora salarial”.
Según las estadísticas del Banco Central, a noviembre, la economía dominicana mostró un crecimiento positivo en la expansión del PIB de 5.0 % para finalizar el 2022. Dicho crecimiento fue impulsado por los servicios, principalmente por el desempeño de los hoteles, bares y restaurantes, que a noviembre se ubicó en 25.2 %.
Del Rosario sostiene que este crecimiento es bueno pero queda por debajo del potencial que es 5.2 %, por lo que no se traduce para generar empleos, sobre todo formales.
Balance al 2022
A principio del 2022, la pandemia del Covid-19 finalmente había aflojado su control sobre las actividades y las cadenas de suministros globales comenzaron a restablecerse, prometiendo que la vida económica volvería a su ritmo prepandémico, así lo indicó el también decano de la Facultad de Economía de la UASD, Ciriaco.
Apuntó que en febrero, Rusia invadió a Ucrania y anuló esas expectativas. Esta invasión tuvo un efecto sísmico en los principales mercados, particularmente el de los hidrocarburos y de las materias primas agrícolas, desencadenando reacciones económicas en cadena que aún repercutan.
Las sanciones occidentales contra Rusia excluyeron del mercado al tercer mayor productor de petróleo del mundo, provocando que el precio se elevara en los mercados internacionales y, con él, el de la gasolina, gas y otros derivados.
Citó que el aumento de los precios del petróleo y sus derivados, al igual que el de las materias primas de origen agrícola, significaron una inflación más alta, provocando que los bancos centrales, en casi todo el mundo tuvieran que aumentar las tasas de interés de manera más agresiva en un intento por detener la espiral inflacionaria.
En el caso dominicano, las tasas de interés más altas desaceleraron el ritmo de crecimiento de la economía. Además, en el país se recuperaron todos los empleos perdidos cuando llegó el Covid-19, pero con más informalidad laboral y una caída del salario real.
Puntualizó que el consumo y la inversión privada se ralentizó, augurando que el ritmo de la actividad económica, posiblemente, termine en la horquilla entre 4.9 % y 5.1 %. “No es un crecimiento malo para el contexto”.
Política monetaria
De acuerdo con el Banco Central, las condiciones monetarias y financieras han reflejado el cambio de postura de política, con un incremento en las tasas de interés bancarias, particularmente la tasa de interés pasiva, cuyo promedio ponderado ha alcanzado 9.2 % al cierre de noviembre del 2022.
Mientras que en el sector externo, el fuerte incremento evidenciado en las importaciones ubicará el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos en 5.1 % del PIB en 2022.
Los principales indicadores macroeconómicos reflejan la resiliencia de la economía dominicana en el contexto de la desafiante coyuntura internacional.
Encuesta
— Mercado laboral
Durante el tercer trimestre de 2022 el total de personas ocupadas (incluyendo los formales e informales) alcanzó los 4,633,135 trabajadores, nivel similar al evidenciado en el mismo trimestre de 2019, previo a la pandemia.
Estadísticas
4.0 % Producto interno bruto (PIB).
Así se espera que se coloque el déficit de cuenta corriente al 2023.
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