Cientos de feligreses de la iglesia Católica en Santiago celebraron la solemnidad del Corpus Christi, la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo en la Eucaristía, iniciando con una procesión que partió desde la Catedral Santiago Apóstol hacia el Estadio Cibao, donde fue celebrada la misa.
La celebración eucarística fue presidida por el presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Santiago, monseñor Héctor Rafael Rodríguez Rodríguez, en compañía de Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio y decenas de sacerdotes de las diferentes zonas pastorales.
En su homilía, monseñor Rodríguez, habló de la solemnidad de Corpus Christi y enfatizó en la importancia de vivir coherentemente este sacramento del amor y la solidaridad, haciendo un llamado de atención a los “abusos” que comete la gente, incluyéndose, dentro de la iglesia.
“La Iglesia siempre ha protegido con sumo cuidado la celebración de la Eucaristía frente a determinados abusos que cometemos nosotros mismos (…) ahora bien, no nos quedemos protegiendo la forma, la manera, el rito, vamos a proteger el fondo que es Jesús presente en ese sacramento. Porque a veces protegemos la forma, pero en el fondo nuestra práctica nuestra vida cristiana, deja mucho que desear”, comenzó reflexionando.
“Es contradictorio, es abusivo de parte nuestra comulgar con Cristo ritualmente en la más recogida intimidad y no preocuparnos durante la semana de comulgar con los hermanos de mi familia con mis vecinos que yo voy a la misa”, prosiguió.
El prelado estableció que adorar a Cristo en la Eucaristía no es tan sencillo, ya que nos compromete de arriba abajo, compromete nuestras actitudes, compromete nuestro trabajo, nuestra manera de ser, compromete nuestra fe.
Por lo que, “también es contradictorio y abusivo compartir el pan eucarístico ignorando el hambre de millones de seres humanos privados de pan de justicia y dignidad. Este es el sacramento de la solidaridad y si yo comulgo y me sacio espiritualmente, yo tengo que preocuparme por aquellos hambrientos de nuestra sociedad”.
“Es contradictorio y abusivo celebrar correctamente el memorial del Crucificado y seguir insensibles ante los crucificados que prolongan hoy la Pasión de Jesucristo. Es contradictorio y abusivo celebrar el sacramento del amor y aquí adentro comulgando con personas en mi corazón, que digo no los perdono”, enfatizó el arzobispo.
Reflexionó sobre lo “contradictorio totalmente y es un abuso celebrar el sacramento del amor y no hacer nada más por suprimir nuestros egoísmos individuales y colectivos, nuestra apatía ante situaciones de injusticia y olvido de los más desvalidos. También es abusivo escuchar la Palabra de Dios y no oír los gritos de los hijos de Dios más necesitados y sufrientes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario