Los huracanes se volverán un poco más fuertes, algo más lentos y mucho más húmedos en un mundo recalentado a fin de siglo, según el pronóstico de la evolución en ese contexto de 22 huracanes recientes.
En un ejemplo, el huracán Ike -que mató a más de 100 personas y devastó partes de la costa estadounidense del golfo de México en 2008- podría tener vientos un 13 por ciento más fuertes, su movimiento sería un 17 por ciento más lento y sería un 34 por ciento más húmedo si se formara en un clima más cálido y futuro