En la temporada que ha marcado su regreso a la MLB tras purgar un año fuera por su segundo positivo de dopaje la experiencia de Robinson Canó ha sido la más desagradable para un pelotero que lo ha ganado todo y que en sus primeros 13 años se ganó el trato de alfombras rojas y jet set que gozó. Pero que en el último ciclo se encargó de hacerse una figura tóxica introduciendo a su cuerpo sustancias controladas.