Costo. En las últimas semanas el precio del ajo se ha colocado a niveles insospechados, incluso tan elevados que con el dinero que cuesta una libra pudiera prepararse comida para una familia de varios miembros.
Las 16 onzas han llegado a comercializarse hasta a 260 pesos.
Se ha hablado de especulación y de múltiples factores que han empujado al alza. En el caso del ajo, como en muchos otros bienes que se compran y se venden en un mercado abierto, el tema de la oferta y la demanda es fundamental. Cuando la oferta baja pero la demanda se mantiene, o se eleva, entonces los precios tienden a subir. Las explicaciones ofrecidas a elCaribe, desde el ámbito público y el privado sugieren que eso es precisamente lo que ha estado pasando en el caso en cuestión.
Las estadísticas del Ministerio de Agricultura indican que en los últimos años la producción de ajo ha mermado en República Dominicana, mientras por otro lado, el cultivo de papa se ha incrementado. Las informaciones recogidas por este diario sugieren que una cantidad importante de cultivadores ha preferido volcarse a la siembra de papa porque la consideran más atractiva (por mercado, precio y otros componentes) descuidando entonces el cultivo de ajo, lo que ha provocado un faltante a nivel del país.
Las cifras oficiales indican que al 2016 se sembraron de papa 46,887 tareas, con un rendimiento de 37.04 quintales por tarea, y se cosecharon 1,854,657 quintales. Mientras que de ajo –al mismo año 2016- había 2,599 tareas, con un rendimiento de 7.48 quintales por tarea, para un total de 52,205 quintales
En el primer semestre de este año se han sembrado de papa 26,031 tareas, con una producción de 959,233 quintales. Mientras que de ajo se sembraron 639 tareas, con una producción de 31,452 quintales.
El ministro de Agricultura, Ángel Estévez, le dijo a elCaribe que desde China debía llegar hace tiempo un cargamento de ajo, pero ese país se retrasó en la cosecha y el ajo no pudo llegar en el tiempo que se tenía previsto. “Eso creó escasez pero ya todo el ajo está en el país, aseguró el ministro Ángel Estévez. El ajo importado representa una cantidad de aproximadamente 100 mil quintales que alcanzan para abastecer la demanda dominicana hasta enero- febrero de 2018.
Se prevé subastar otros 75 mil quintales a tiempo para evitar situaciones futuras de faltante del bulbo. De acuerdo a eso que plantea el funcionario, el ajo debería ir cediendo en el precio y colocándose a los niveles que tenía antes de la elevación de costo. “Se han firmado varias entradas.
“Los precios poco a poco se van colocando a la baja. En la última semana ha bajado entre 70 y 80 pesos libra”, planteó Estévez. Las empresas que importaron el ajo, que ya está en el territorio nacional, son unas 15 o 20, lo que representa una cantidad significativa, según el Ministerio de Agricultura, como para que el ajo baje.
Humberto Collado, de la Asociación de Horticultores de Constanza, maneja sus propias estadísticas sobre la producción de ajo. Asegura que en 2012 se sembraron 10,500 tareas, en 2013 se sembraron en Constanza 7,650, en el año 2014 la cantidad fue de 6,400, en 2015 unas 3,565 y en 2016 un total de 1,500 tareas. Los datos de Humberto guardan relación con los que maneja Agricultura, pero en todo caso, evidencian cómo el cultivo del ajo ha ido transitando en picada por años. “El ajo es la columna vertical del valle de Constanza”, apunta Collado. Y explica que generalmente el bulbo se siembra entre octubre y noviembre de cada año y se cosecha entre abril y mayo. Collado favorece que el dinero que resulta de las subastas de productos del agro se destine a buscar variedades de ajo que generan mejores resultados que las actuales.
Uno de los productores de ajo que aún se mantienen en Constanza es Antoneli Gutiérrez. Lo hace junto a su padre Antonio Gutiérrez Tiburcio. Tienen en producción 46 tareas de ajo del denominado “elefante”. “Es una variedad diferente en tamaño, ciclo de cultivo y sabor, respecto a otros tipos de ajo. La espiga de ese ajo es bastante frondosa y elegante en el proceso de “cabeceo”. A nivel de cosecha rinde entre 28 y 40 quintales por tarea”, dijo Gutiérrez, cuando un equipo de prensa de este periódico le visitó.
El costo de producir un quintal de ajo ronda los diez mil pesos y si se mira por tarea entonces se mueve entre los 45 y 65 mil pesos, de acuerdo con cálculos de Antoneli Gutiérrez.
Más a fondo
En general –sin que esto quiera decir que se cultiven todos en República Dominicana-, entre las variedades de ajo existentes figuran: New York White, Inchellium Red y Susanville. El Inchellium Red es difícil de descascarar, de cabeza suave, grande y vigorosa. El New York White muchas veces tiene rayas moradas y puede producir hijuelos, lo cual reduce el tamaño de la cabeza. Y el Susanville tiene un buen almacenamiento. Las variedades elefante, porcelana o gran cabeza pertenecen a este tipo. La variedad elefante produce un bulbo más grande que el ajo normal y su sabor es más suave, pero en climas fríos puede desarrollar un sabor más fuerte o amargo, dicen conocedores y productores consultados.
El ajo es utilizado para prevenir y tratar problemas de salud. Los expertos le atribuyen ser un potente antiinflamatorio; mejora la circulación, sube las defensas, disminuye el exceso de grasa en sangre y es indicado para problemas respiratorios, diuréticos, estimulante, antioxidante y previene la hipertensión. Es fuente de vitamina A, B1, B2, B3, C y E, además contiene agua, carbohidratos, proteínas, fibra, potasio, fósforo, calcio, hierro y sodio.
Las amas de casa quieren que se evite especulación
Ramona García es una ama de casa a la que elCaribe consultó ayer a la salina de un supermercado ubicado en la avenida Winston Churchill de la capital. Igual que Luisa Pérez, ubicada en otro centro comercial, favorece que haya una disminución en el precio del ajo. “No es posible que cueste tanto. Y si es cierto que se ha importado para reducir la escasez, entonces debiera una conseguirlo a menor precio”, indicó la ama de casa.
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