Marlon Martínez se encuentra recluido en la cárcel de la Fortaleza de la Octava Compañía del Séptimo Batallón del Ejército, en Salcedo, provincia Hermanas Mirabal, y sigue compartiendo una celda con otros reclusos, y su vida no corre peligro, dijeron ayer al Listín Diario, funcionarios del penal que pidieron sus nombres se mantengan en el anonimato.
Subrayaron que Marlon fue regresado a ese penal el mismo día que el Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de Duarte dictó la sentencia que lo condena a 30 años de prisión.
La disposición judicial emitida por los jueces de dicho tribunal María de los Ángeles Concepción, Víctor Inoa y Carminia Caminero, establece que Martínez deberá cumplir su condena en la cárcel pública de Salcedo.
Asimismo, manifestaron que el trato y la seguridad que recibe Marlon en ese recinto carcelario es el mismo que reciben los demás reos.
Por igual sostienen que éste comparte su celda con los demás internos y que en el momento recreativo interactúa junto a todos ellos.
Un poco triste, pero tranquilo
Reclusos que comparten celda con Marlon Martínez y que ayer se preparaban para recoger basura en las calles y realizaban otras labores importantes en Salcedo, sin custodias, contaron a periodistas del Listín Diario que Marlon está un poco triste aunque con ánimo porque él estaba consciente de que iba a ser condenado y que pasará un buen tiempo en la cárcel.
Asimismo, significaron que el reo no corre ningún tipo de peligro de agresión, porque ellos lo ven como un compañero de celda más y que comparten con él en cordialidad.
No obstante, revelaron que a lo primero estaban indignados, pero que comprendieron que todos ellos se encuentran privados de su libertad porque han cometido algún tipo de delito, unos más graves que otros.
“Incluso Marlon comparte en el patio con todos nosotros y nadie le dice ni le hace nada, aquí no corre peligro”, insistieron los reos. Listín Diario preguntó a un funcionario del recinto de que cuando permitirían a Marlon Martínez hacer trabajos en las calles muchas veces sin custodias como se les permite a muchos internos, a lo que respondió que para ello hay una junta evaluadora que determina los reclusos que deben salir a las calles a trabajar y que dos de los requisitos fundamentales es que no corran peligro de fuga y que su vida no corra riesgo.
En tal sentido, advirtió que Marlon por muchas razones no califica para salir a las calles a recrearse y trabajar como se les permite a otros, por lo que se mantendrá dentro del recinto.
Flores marchitas sobre tumba de Emely
San José de Cenoví. Un pequeño tarro cortado de la parte superior de una botella de gaseosa, con pocas flores que lucen un tanto marchitadas, adorna la tumba del Cementerio La Milagrosa, de esta comunidad, donde se están sepultados los restos de la adolescente Emely Polanco. En el nicho se lee: “Todos somos Emely”, y se muestra una foto de ella, en vida. A su lado, otra tumba conserva un pequeño jardín de flores rojas. Las hierbas están naciendo, pero según contaron pobladores de San José de Cenoví, en el municipio, de Villa Tapia, de la provincia Hermanas Mirabal, su padre Genaro Peguero, su madre Adalgisa Polanco y otros parientes cercanos la visitan y la limpian.
En el cementerio no pernoctaban personas; y su foto, con su rostro angelical de adolescente, sobresale en la tumba. Residentes de los alrededores manifestaron que en ocasiones acuden estudiantes de escuelas públicas de la zona y que se toman fotos frente al nicho, donde está sepultada la menor.
Sus padres cada vez que visitan la tumba de la jovencita salen llorando, por lo que profesionales de la conducta humana les han recomendado que disminuyan la visita, pero que éstos se resisten, dijeron personas cercanas al Cementerio. Con la misma humildad en que creció Emely, en esa misma proporción descansan sus restos, incluso, a la tumba le falta un lado por pintar. Como ocurre en casi todos los cementerios de campo, en el de San José de Cenoví, donde reposan los restos de la adolescente, la puerta permanece abierta desde las seis de la mañana hasta las 7 de la noche. Una brisa combinada entre el frío y calor soplaba en los alrededores del nicho, donde descansa para la eternidad la joven, que al momento de su muerte tenía un embarazo de seis meses.
Aquí, mientras tanto, la indignación gana espacio.
TUMBA DE EMELY
Un pequeño tarro cortado de la parte superior de una botella de una gaseosa con pocas flores que lucen un poco marchitadas adorna la tumba del Cementerio la Milagrosa de la comunidad San José de Cenoví, donde se encuentran sepultados los restos de la adolescente Emely Polanco. En el nicho se lee, “todos somos Emely” y se muestra una foto de ella en vida. La joven nació el 12 de junio del 2001 y murió 23 de agosto del 2017, según se lee en la lápida de la tumba.
Marlin Martínez
También Marlin Martínez fue retornada al Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Mujeres de Santiago y su vida no corre peligro, dijeron fuentes ligadas al Ministerio Público en esta provincia.
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