El artesano dominicano Miguel Payano, de 49 años, muerto en el terremoto que impactó a una parte de Ecuador, mientras estaba en un hotel, llevaba 11 años viviendo indocumentado en el país andino, confirmaron familiares que residen en Teaneck (New Jersey).
Payano, según cuenta su hija, emigró al Ecuador desde la República Dominicana hace más de una década y tenía un taller de bisutería en el que confeccionaba accesorios personales como brazaletes, collares y otros adornos.
Su cadáver pudo ser identificado entre numerosas víctimas, gracias a que llevaba puesta una pulsera con los colores de la bandera dominicana que él mismo había hecho en su taller.
Su hija, Linette Payano Rivera, que reside en la ciudad de Teaneck en New Jersey y que en su página Facebook se define como “el único familiar” de su padre, dijo que envió una carta al canciller dominicano en la que pide ayuda para repatriar los restos de su progenitor y darles sepultura en su país natal.
“Señor, sé que él no es el mejor padre del mundo pero soy su única familia en este mundo, te pido que donde quiera que esté, sea vivo o muerto, tú tengas tu mano porque es un ser humano, ayúdalo señor, te lo pido de corazón... El que se considere mi amigo quiero que hagamos una cadena de oración, que estaba en el epicentro del terremoto y no aparece, Dios y yo se lo agradeceremos”, expresa ella en un mensaje en Facebook, en el momento en que su papá se registraba entre cientos de desaparecidos en medio del sismo.
Linette relata que la última vez que habló con su padre fue el domingo 10 de abril, cuando él la felicitó por sus altas calificaciones en la escuela.
“Me llamó una amiga llamada Diana, que me preguntó que si yo no sabía nada de mi papá y le contesté que no había sabido nada de él y que iba a llamarlo en ese momento”, explicó.
“Ella me dijo que desde los dos celulares, nadie le respondía y que presuntamente él había muerto en el terremoto del Ecuador”, narra Linette.
Dijo que tenía la esperanza de volver a ver a su papá pronto, que estaba gestionando su legalización en Ecuador, después de 11 años residiendo sin documentos legales.
“Yo volví a tener con él cuando acababa de cumplir los 24 años, que justamente ese mismo día él me llamó y nos manteníamos en contacto hablando y él siempre estaba muy contento, porque había podido contactar a sus hijos que tenía mucho tiempo que no nos veía”, añadió Linette entre sollozos.
En un mensaje de voz que el señor Payano le envió y ella conserva, el padre le dice: “Te felicito por ser la mejor hija y la mejor estudiante, eres la número uno. Eso es algo maravilloso, Dios te lo va a premiar y tu papá que te quiere bastante también”.
En la correspondencia al canciller, Linette le pide ayuda del gobierno para poder repatriar los restos a la República Dominicana, debido a que la familia carece de recursos económicos.
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