Las recientes tragedias que involucran a menores de edad han caído como un balde de agua fría en las familias dominicanas. El caso de los cinco jóvenes, de San Francisco de Macorís que fallecieron en un accidente en Ranchito, La Vega, y el de la adolescente de 15 años que murió en una piscina, en Santo Domingo Oeste, le han puesto “la tapa al pomo” a la ocurrencia de este tipo de hechos.
“Me duele tanto decir esto, y a lo mejor mis colegas o tal vez en las redes, me critiquen, me acaben, como decimos nosotros, pero debo ser honesta: los hijos les están tumbando el pulso a los padres. Estamos perdiendo el control, hay un gran cambio de roles: ahora son los padres los que temen a los hijos, y digo temen, porque es literal, hay algunos padres que tienen miedo de hablar con sus muchachos, de acercárseles, de corregirlos... Es algo bien delicado lo que está sucediendo”, con pesar admite esta realidad la psiquiatra Altagracia Ramírez Mora.
Al preguntársele sobre el caso específico de los jóvenes que tomaron “prestado” el carro del padre de uno de ellos, sin su permiso, y en su aventura encontraron la muerte, comenta que lo distinto en este hecho fue que murieron todos. “Pero lo que ellos hicieron es una práctica muy común en el país. Son muchos los jovencitos que aprovechan que los padres no están o que duermen, para irse a escondidas en su vehículo, y lo peor es que cuando los progenitores se dan cuenta, muchas veces no hay castigo, solo arreglos sin comprometerse, entonces esto se vuelve costumbre”, explica.
La especialista entiende que urge un despertar de los padres para que tomen el control, sobre todo, los que están a tiempo con sus hijos pequeños. “Deben ir formándolos, poniendo reglas y límites, por supuesto, siempre con amor y respeto. Estos dos ingredientes son vitales para la buena crianza, te cuento que hace un tiempo fue una madre con una adolescente, y al preguntarle sobre lo que le pasaba, la muchacha contestó: ‘Es que mi mamá no me respeta, desde que salgo me dice que voy a avionar, que no sirvo, que esto, que aquello, y así no’, tristemente eso me contó la paciente”, dice la profesional.
Acerca del caso de la adolescente de 15 años, Nairobi Montez, quien supuestamente fue ahogada por otro menor de edad, la psicóloga Olga María Renville comenta que, son muchos los padres que están dando libertades y permitiendo horarios extendidos a sus hijos menores de edad, sin ningún tipo de control ni reglas.
“No hay comunicación efectiva, se ha roto el hilo de interacción entre padres e hijos. Los padres quieren ser amigos de los hijos, y de esta forma los complacen, compran, dan un consejo, pero no les imponen ninguna regla. Esa amistad entre padres e hijos es una especie de ‘comodín’ para llegar a ellos, pero no es lo correcto porque faltan los límites”, sostiene la experta en filosofía mental.
Resalta que tiene que existir un canal de confianza, pero tiene que haber un ‘stop’, aunque los muchachos no se sientan cómodos con esto. De hecho dice, de ahí es que viene la confrontación, y hay padres que llegan a tenerles hasta miedo a sus hijos y para evitar conflictos, que se enojen o se frustren, según ellos, prefieren darles lo que ellos piden.
No es convertirse en dictador, pero debe existir una línea donde se entienda cuál es el papel de los padres y cuál el de los hijos dentro del hogar. ?
Familia de interés Competencia
La realidad imperante de adolescentes con libertades, horarios extendidos y acceso a cosas no aptas para su edad tiene una alta cuota de responsabilidad en su desenvolvimiento erróneo.
Competencia
Hay mucho querer tener y querer hacer, además del acceso sin control a la tecnología.
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