Diversos sectores consideran un fracaso el Plan de Regularización, en el cual el gobierno invirtió 50 millones de dólares
Los inmigrantes haitianos se han convertido en los controladores del mercado de vendedores ambulantes en las intersecciones de la capital.
Entre paleteras, maníes y galleticas; estos trabajadores informales se establecen con sus banquitos y sillas plásticas para ofertar la respectiva merienda diaria a quienes transitan las calles de la ciudad.
Por ejemplo, la avenida Máximo Gómez que conecta con 27 de Febrero está rodeadea de siete y ocho carritos de ventas diversas. Estos abarcan las cuatro esquinas, mientras que otros prefieren cargar las cajas sobre sus hombros llenas de piñas, aguacates, mamones, guineos, sandías y botellitas de agua.
Quien no tenga documentos de regularización, no tiene derecho a transitar las calles del país.
Ese patrón se repite en las avenidas Abraham Lincoln, Winston Churchill y San Vicente de Paúl, donde los haitianos han ocupado la mayor parte del comercio informal, quedando casi nula la presencia de dominicanos.
Anteriormente los animales domésticos, los pedazos de pizza y las tarjetas de recargas eran los productos más ofertados en los semáforos, hoy todo eso ha cambiado, según los vendedores, debido a la poca demanda.
Sin embargo, no son solo haitianos los que han desplazado a los criollos en las ventas ambulantes. Un gran número de venezolanos también han incursionado en ese mercado informal, particularmente en la avenida Duarte y otros puntos de la ciudad.
Así, con cubetas llenas de limonadas, jugos de cóctel de frutas, las cachapas y empanadas venezolanas; los inmigrantes del país sudamericano buscan ganarse la vida y salir adelante, honradamente.
La mayoría de ellos son jóvenes que no pasan de los 25 años de edad, y muchos son profesionales o personas clase media que han tenido que emigrar de su pais.
Situaciones
Venezuela y Haití viven una difícil situación política, económica y social. Eso ha provocado la salida de miles de sus ciudadanos a diversas naciones, incluyendo a República Dominicana.
Más de 30,000 venezolanos han entrado y salido del país en los últimos meses, según reveló el ministro consejero de la Embajada de Venezuela en el país, Francisco Javier Centeno. Para entrada a territorio nacional, los venezolanos no requieren de visado dominicano, solo de una tarjeta de turista, contrario a los dominicanos, que sí necesitan poseer un visado para ingresar a esa nación.
No obstante, para contabilizar la llegada de venezolanos a República Dominicana el pais carece de una estadística exacta.
Ante tal situación, en el mes de abril, se acordó que el tema migratorio entre Venezuela y República Dominicana será un aspecto a tratar por el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas Maldonado, y la canciller venezolana, Delcy Rodríguez.
En el caso de los haitianos, la Dirección General de Migración (DGM) repatrió hacia finales del año anterior a 30,159 haitianos y a 154 de otras nacionalidades, que se encontraban de forma irregular residiendo en República Dominicana.
(+)
SE ANUNCIAN MEDIDAS PERO NO SE APLICAN
El mes pasado, el ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, anunció que fortalecerá los controles migratorios ante la “avalancha” de ciudadanos extranjeros, en su mayoría haitianos y venezolanos, en condición irregular.
“Nosotros tenemos un régimen migratorio y debemos establecer controles”, precisó el funcionario y recordó que, el Gobierno dominicano puso en marcha en 2014 el Plan Nacional de Regularización, que conllevó una inversión de 50 millones de dólares y permitió regular a unos 249,000 extranjeros, el 98 % de ellos eran haitianos. “Quien no tenga sus documentos de regularización, no tiene derecho a andar por las calles” advirtió el funcionario en febrero.
Dijo que le preocupa ese fenómeno. “Aqui tenemos una cantidad determinada de puestos de trabajo, es una situación que nosotros estamos observando. Nos hemos organizado como nación y tenemos un régimen migratorio, tenemos reglas y debemos aplicarlas”, agregó.Los inmigrantes haitianos se han convertido en los controladores del mercado de vendedores ambulantes en las intersecciones de la capital.
Entre paleteras, maníes y galleticas; estos trabajadores informales se establecen con sus banquitos y sillas plásticas para ofertar la respectiva merienda diaria a quienes transitan las calles de la ciudad.
Por ejemplo, la avenida Máximo Gómez que conecta con 27 de Febrero está rodeadea de siete y ocho carritos de ventas diversas. Estos abarcan las cuatro esquinas, mientras que otros prefieren cargar las cajas sobre sus hombros llenas de piñas, aguacates, mamones, guineos, sandías y botellitas de agua.
Quien no tenga documentos de regularización, no tiene derecho a transitar las calles del país.
Ese patrón se repite en las avenidas Abraham Lincoln, Winston Churchill y San Vicente de Paúl, donde los haitianos han ocupado la mayor parte del comercio informal, quedando casi nula la presencia de dominicanos.
Anteriormente los animales domésticos, los pedazos de pizza y las tarjetas de recargas eran los productos más ofertados en los semáforos, hoy todo eso ha cambiado, según los vendedores, debido a la poca demanda.
Sin embargo, no son solo haitianos los que han desplazado a los criollos en las ventas ambulantes. Un gran número de venezolanos también han incursionado en ese mercado informal, particularmente en la avenida Duarte y otros puntos de la ciudad.
Así, con cubetas llenas de limonadas, jugos de cóctel de frutas, las cachapas y empanadas venezolanas; los inmigrantes del país sudamericano buscan ganarse la vida y salir adelante, honradamente.
La mayoría de ellos son jóvenes que no pasan de los 25 años de edad, y muchos son profesionales o personas clase media que han tenido que emigrar de su pais.
Situaciones
Venezuela y Haití viven una difícil situación política, económica y social. Eso ha provocado la salida de miles de sus ciudadanos a diversas naciones, incluyendo a República Dominicana.
Más de 30,000 venezolanos han entrado y salido del país en los últimos meses, según reveló el ministro consejero de la Embajada de Venezuela en el país, Francisco Javier Centeno. Para entrada a territorio nacional, los venezolanos no requieren de visado dominicano, solo de una tarjeta de turista, contrario a los dominicanos, que sí necesitan poseer un visado para ingresar a esa nación.
No obstante, para contabilizar la llegada de venezolanos a República Dominicana el pais carece de una estadística exacta.
Ante tal situación, en el mes de abril, se acordó que el tema migratorio entre Venezuela y República Dominicana será un aspecto a tratar por el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas Maldonado, y la canciller venezolana, Delcy Rodríguez.
En el caso de los haitianos, la Dirección General de Migración (DGM) repatrió hacia finales del año anterior a 30,159 haitianos y a 154 de otras nacionalidades, que se encontraban de forma irregular residiendo en República Dominicana.
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SE ANUNCIAN MEDIDAS PERO NO SE APLICAN
El mes pasado, el ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, anunció que fortalecerá los controles migratorios ante la “avalancha” de ciudadanos extranjeros, en su mayoría haitianos y venezolanos, en condición irregular.
“Nosotros tenemos un régimen migratorio y debemos establecer controles”, precisó el funcionario y recordó que, el Gobierno dominicano puso en marcha en 2014 el Plan Nacional de Regularización, que conllevó una inversión de 50 millones de dólares y permitió regular a unos 249,000 extranjeros, el 98 % de ellos eran haitianos. “Quien no tenga sus documentos de regularización, no tiene derecho a andar por las calles” advirtió el funcionario en febrero.
Dijo que le preocupa ese fenómeno. “Aqui tenemos una cantidad determinada de puestos de trabajo, es una situación que nosotros estamos observando. Nos hemos organizado como nación y tenemos un régimen migratorio, tenemos reglas y debemos aplicarlas”, agregó.
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