Hace años decidió “sacudirse” frente a las adversidades para emprender junto a su esposo y su hijo un negocio
En un pequeño cuarto de su casa Cornelia Faña agarra un pedazo de cuero y le da un par de puntadas.
El día apenas ha “recorrido” varias horas y ya la dama prepara la primera de una serie de partes que finalmente formarán un cómodo calzado para hombre. Es el inicio de una tanda de trabajo que promete ser exitosa y de alto rendimiento. Uno de esos días donde se manifiesta la creatividad y el deseo de superar las versiones laborales pasadas.
A Cornelia le acompañan su esposo y su hijo. El lugar que acoge a los tres es rústico y sin las típicas maquinarias que normalmente están presentes en las grandes industrias de cualquier parte del mundo.
En un pequeño cuarto de una débil vivienda, en donde cada día el empeño y la esperanza se juntan con el ánimo de ir forjando lo que en el futuro podría ser una gran fábrica de zapatos.
Por lo menos esa es la visión que tiene Cornelia, de la que no se despega ni un solo instante. Zapatos en piel de primera calidad es el producto del que Cornelia habla con certeza.
Fuerza de voluntad
Para la emprendedora dama no ha sido una tarea fácil recorrer el trayecto hasta el que ha llegado hoy. La idea del negocio surgió en un momento de crisis, de un momento en el que Cornelia su esposo estaban desempleados. Fue justamente aprovechando las aptitudes de Cornelia en la costura que la pareja optó por tomar entrenamiento en la fabricación de zapatos en piel tipo canasto.
“Cuando ya no sabíamos qué hacer, Dios abrió una puerta maravillosa a través del crédito”, rememora la dama, residente en Santo Domingo.
Fue un crédito otorgado por la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD), una institución que en 53 años ha beneficiado alrededor de un millón de dominicanos. La FDD ha recorrido largo camino en el otorgamiento de microcréditos y capacitando en finanzas en el país. Llega actualmente a 20,000 clientes de microcrédito. La institución maneja casi 400 millones de pesos en cartera anual y en toda su trayectoria ha beneficiado a un millón de dominicanos.
“Ya en el segundo préstamo pudimos comprar una máquina de coser.
De a poco fuimos adquiriendo los demás equipos necesarios, entre ellos la horma y remachadora”, explica Cornelia Faña. La aspiración es adquirir cuatro máquinas más, para lo cual la pareja de esposos estará renovando su microcrédito con la FDD.
“Mi esposo, nuestro hijo mayor y yo, trabajamos para el desarrollo económico familiar. Hemos podido mejorar la vivienda y satisfacer los gastos del hogar, a la vez que crece el negocio. En mi caso trabajo medio tiempo porque soy operaria de máquina de coser en una zona franca donde fabricamos T-Shirt, y por ahora debo cuidarlo hasta llevar el negocio al volumen de producción que deseamos. También ese ingreso adicional nos permite capitalizar y reinvertir más en el crecimiento del negocio”, dice Cornelia.
Los zapatos son promocionados por WhatsApp y las redes sociales personales y eso ha permitido que el producto pueda conocerte mucho más y que cuente con gran acogida entre vecinos y compañeros de trabajo de la zona franca.
El producto final, consistente en zapatos de variadas formas y tamaños, es distribuido en tiendas del sector donde está enclavada la pequeña empresa y a través de otros emprendedores que compran para revender.
“La unión familiar, adecuada división del trabajo, acorde con las aptitudes de cada uno de nosotros ha sido la clave para que avancemos”, agrega Cornelia. Su esposo lleva las finanzas. “Son unas finanzas ordenadas y eso – en adición al trabajo mío y de mi hijo, ha sido clave para que avancemos”, expresa la dama.
Cornelia ha realizado cursos de corte y confección y entrenamiento en máquinas de coser en la zona franca y aspira perfeccionar las técnicas en la fabricación de calzado.
“Empezamos con la fabricación de dos y tres pares de zapatos semanales. Ya estamos elaborando por docenas, aportando trabajo indirecto a tres personas que revenden nuestros zapatos. Esperamos, con la ayuda de Dios y de créditos, convertirnos en una gran fábrica de zapatos”, sostiene.
“Empezamos con la fabricación de dos y tres pares de zapatos semanales. Ya estamos elaborando por docenas, aportando trabajo indirecto a tres personas que revenden nuestros zapatos. Esperamos, con la ayuda de Dios y de créditos, convertirnos en una gran fábrica de zapatos”, sostiene.
Empuje
Lo que ha logrado Cornelia Faña es el resultado de años y esfuerzos de trabajo. Gracias a su seriedad ha logrado créditos.
Lo que ha logrado Cornelia Faña es el resultado de años y esfuerzos de trabajo. Gracias a su seriedad ha logrado créditos.
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