LA UNIDAD ANTIRUIDOS DE MEDIOAMBIENTE SIGUE OPERANDO, PERO PARECEN ESTAR EXONERADOS LOS VEHÍCULOS QUE HACEN PROPAGANDA POLÍTICA A TODO VOLUMEN
El ruido molesta no importa de donde venga, pero en República Dominicana esta acción, contra la paz ciudadana y el medioambiente, es penada o no dependiendo de quién la cometa. Si un ciudadano común agrede su entorno con música alta, la Unidad anti ruidos de Medioambiente hace su trabajo, como corresponde: incauta bocinas, coloca multas y envía a una charla educativa a los infractores. Pero si la queja es por el ruido de la campaña electoral, puede caer en saco roto. Y eso que, para el bienestar general, el ruido es un asunto serio.
Según la Organización Mundial de la Salud, la segunda causa de contaminación medioambiental es el ruido. Este afecta, de manera directa, no solo el sistema auditivo, sino que también representa un factor estresante que contribuye con las enfermedades cardiovasculares, que se pueden manifestar en hipertensión, infartos o incluso apoplejías, altera el rendimiento, y puede causar trastornos del sueño.
En el país, el tema del ruido ha sido debatido en diferentes escenarios, porque entre otras cosas se considera que altera la paz y la estabilidad de la salud de los ciudadanos.
El último reporte realizado por el Departamento Antiruidos de la Policía Nacional, reflejó que del cuatro al 10 de abril, se realizaron 270 operativos en los que incautaron un total 485 bocina y 271 cajones para las mismas, de los cuales la recolección de 160 bocinas, ocurrieron en el Distrito Nacional.
En ese sentido, las autoridades, apegadas a la ley, resultan efectivas al realizar operativos en los que incautan las bocinas de los colmados o vehículos, si un agente considera que hacen ruidos que exceden los decibeles permitidos.
Manuel Gómez, nombre ficticio, se encontraba compartiendo con unos amigos en un colmado cerca de su casa, en Los Alcarrizos, cuando llegaron varios policías. Estos preguntaron por el propietario del carro que tenía la música puesta. Luego, sacaron las bocinas de vehículo para llevárselas.
Pero, los acompañantes de Manuel reclamaban para que no les llevaran el “quitipón”, así llaman en los barrios a las bocinas que se sacan y colocan sobre los autos, por lo que los agentes fueron más allá y decidieron también llevarse el carro y a Manuel. Los trasladaron hacia el destacamento del kilómetro 24 de la autopista Duarte. Finalmente, en el destacamento, le permitieron marcharse a pie.
Para recuperar su vehículo, debió pagar una multa de 1,500 pesos, más 200 pesos por el cargo de impuestos para realizar el cheque con el que depositaría a la Procuraduría General de la República el importe. Además, recibió una charla en la que se le orientó acerca de los daños que causa la contaminación ambiental. Manuel dice que aprendió la lección, pero que hubo quien le recomendó colocar un afiche político a su vehículo para no ser molestado.
Pues, en estos días de campaña se puede observar cómo transitan los discolight con propagandas y música a alto volumen, los cuales también alteran la paz y tranquilidad de los ciudadanos, sin que les hagan cumplir la ley.
En el centro de la ciudad sucede de manera más esporádica, cuando se desplazan las caravanas, pero en los pueblos y los barrios, es diferente.
Residentes en las provincias se quejan de que no pueden ni hablar por teléfono porque las jeepetas y camionetas, con bocinas a todo volumen, transitan durante todo el día una detrás de la otra, sin darles respiro.
Es constante escuchar quejas de personas acerca de las molestias que producen los ruidos de las caravanas políticas en sus sectores, el estruendo que provocan las músicas, las vibraciones que perciben en hogares o negocios.
La ley 64-00 establece que “la emisión de ruidos y sonidos molestos que contaminen o dañen el medio ambiente, a través del sonido dispersado por el aire cerca de residenciales o en áreas urbanas es penado”, pero este criterio, válido, parece que solo alcanza a los ciudadanos comunes.
Tal parece que los candidatos y grupos políticos tienen licencias que les eximen de ciertas leyes durante las campañas.
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