Y es que un hombre le pidió a su mujer que le mandara una fotografía, luego de que ella había salido de viaje y él quería ver que todo estuviera bien.
Una vez que se puso frente al teléfono para tomarse la foto, se arregló y le cumplió a su marido. Pero al día siguiente, él decidió exigirle el divorcio.
Aunque a la mujer se le hizo extraña la decisión, resulta que la culpable fue la selfie, donde se le escapó un detalle obvio en el que su marido encontró
pruebas de infidelidad.
Por un momento llegó a pensar que el motivo fue el saber quién le tomó la foto, pero su cel tenía temporizador; no obstante, al analizar toda la escena de su recámara, debajo de la cama se alcanza a ver la mano de un hombre de color. Gracias a esto, ahora se quedó sin marido.
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