Hoy se conmemora el 204 aniversario del natalicio del padre y fundador de la patria, Juan Pablo Duarte Díez, quien junto a otros grandes dominicanos fundó la sociedad secreta La Trinitaria, organización que luchó contra la invasión haitiana, y formaría el Estado que hoy conocemos como República Dominicana
Duarte Díez nació el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo, en Colonial (actual Ciudad Colonial) durante el período de la España Boba, en el seno de una familia de clase media que se dedicaba al comercio de artículos de marina y ferretería en la zona portuaria de Santo Domingo.
En sus memorias, el trinitario José María Serra de Castro le describió como un hombre de tez rosácea, labios finos, ojos azules, y cabellera rubia que contrastaba con su negro y espeso bigote. Hijo de Juan José Duarte Rodríguez (próspero comerciante español procedente de Vejer de la Frontera, Cádiz, España) y Manuela Díez Jiménez (natural de El Seybo, hija de un colono español y una dominicana).
Duarte Díez fue el cuarto de once hermanos, siendo los más conocidos Vicente Celestino, comerciante de madera y Rosa Protomártir, quien se desempeñó como periodista y maestra. Ambos tuvieron una activa participación en la causa independentista de su hermano.
En 1802, los padres de Duarte emigraron desde la colonia española en Santo Domingo a Mayagüez, Puerto Rico, evadiendo la imposición del estado francés en el lado oriental de la isla. Esta transformación de la parte colonial de la isla se hizo evidente el año anterior, cuando Toussaint Louverture, el gobernador de Saint Domingue (actual Haití), una colonia francesa situada en el tercio occidental de La Española, tomó el control de Santo Domingo, situado en la parte oriental de la misma.
En ese momento, Francia y Saint Domingue estaban pasando por exhaustivos movimientos sociales, a saber, la Revolución Francesa y la Revolución Haitiana. En la ocupación de la parte española de la isla, el legendario gobernador negro Louverture, estaba siguiendo las indicaciones otorgadas por los gobiernos de Francia y España en la Paz de Basilea, firmado en 1795, en el cual España le había cedido la parte española a Francia.
A su llegada a Santo Domingo, Louverture inmediatamente abolió la esclavitud, aunque la abolición definitiva no tuvo lugar hasta 1822. Además, convirtió al francés las viejas instituciones coloniales españolas.
Puerto Rico seguía siendo una colonia española, y al estar Mayagüez tan cerca de La Española, al otro lado del Canal de la Mona, se había convertido en refugio para los que como los Duarte, no aceptaban el gobierno francés.
La mayoría de los historiadores suponen que el primer hijo de los Duarte, Vicente Celestino, nació allí, en Mayagüez. La familia regresó a Santo Domingo en 1809, después de que la Guerra de la Reconquista devolviera el lado oriental de La Española al control español.
En 1819, Duarte se inscribió en la escuela de Manuel Aybar donde aprendió lectura, escritura, gramática y aritmética.
El 7 de junio de 1864, Duarte fue enviado como cónsul al exterior con el objetivo de recolectar fondos para la causa restauradora. Esta misión terminó por convertirse en otra especie de exilio, aunque no se puede afirmar que esa fuera la intención del gobierno restaurador. A Duarte le fue ofrecida una pensión honorífica que fue incumplida y se quedó en Venezuela con su familia, subsistiendo de ingresos provenientes de una fábrica de velas.
A pesar de que el presidente Ignacio María González le pidió que regresara, Duarte permaneció en Venezuela hasta su fallecimiento el 15 de julio de 1876 en Caracas. Sus restos fueron trasladados a suelo dominicano en 1884, irónicamente, por el gobierno de Ulises Heureaux dictador de ascendencia haitiana, quien lo declaró Padre de la Patria junto a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella. En 1944, los restos de los tres héroes nacionales fueron sepultados en el Altar de la Patria, donde aún permanecen.
Duarte sentó las bases para el advenimiento de una República que como estado democrático garantizara la igualdad de oportunidades y la libertad de sus ciudadanos.
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