Sacando la lengua, tapándose la boca o guiñando un ojo. Son varias las poses que se han popularizado a la hora de sacarse selfies.
Según un estudio realizado por el Instituto Japonés Nacional de Informáticos (NII, por sus siglas en inglés), se podrían utilizar las imágenes de las huellas dactilares del usuario para acceder a equipos que estén protegidos con estos datos biométricos.
Y si logran ingresar a los smartphones, laptops o tablets, entonces también tendrían acceso a todas las cuentas de los usuarios en las redes sociales. O incluso a los datos de sus tarjetas, si es que estos estuvieran guardados en los dispositivos. El riesgo, como se ve, es enorme
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