La historia de la República Dominicana está marcada por el sacrificio de hombres y mujeres que por amor a su patria ofrecieron el tesoro más preciado que puede tener el ser humano, la vida, todo con el propósito de que la democracia fuera la brújula de la nación. Hoy se cumplen 50 años del inicio de la Revolución de Abril de 1965, una gesta que significo
un antes y un después la historia dominicana. Fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por la participación activa, militante y armada de las masas populares.
El conflicto inicia cuando un grupo de oficiales jóvenes se propone restaurar el gobierno constitucional del destituido presidente Juan Bosch, primer gobierno elegido democráticamente en las urnas tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Causas de la Revolución
El gobierno de Juan Bosch fue en gran medida una rareza en la historia dominicana en ese momento: unas elecciones libres legitimaron un gobierno liberal democrático, que expresó su preocupación por el bienestar de todos los dominicanos, especialmente los de circunstancias modestas, aquellos cuyas voces nunca antes habían sido realmente escuchadas en el Palacio Nacional.
En abril de ese año una nueva constitución garantizaba los derechos civiles e individuales y respaldaba el control civil de los militares. El nuevo documento otorgaba libertades que nunca se habían conocido en el país; se declaraba algunos derechos laborales, así como a sindicatos, fueron tomadas en cuenta también las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los niños y los jóvenes, los agricultores y los hijos ilegítimos.
Estos y otros cambios, como la reforma sobre las posesiones de tierra, golpeaba a los terratenientes conservadores y militares, sobre todo cuando se yuxtapuso en contra de tres décadas de autoritarismo somnoliento bajo el régimen de Rafael Leónidas Trujillo.
La jerarquía de la Iglesia Católica también reprochó el carácter laico de la nueva Constitución, en particular la disposición de la legalización del divorcio. La jerarquía, junto con la cúpula militar y la élite económica, también temían la influencia comunista en el país, y advirtieron de la posibilidad de “otra Cuba”. El resultado de esta preocupación y la oposición fue dar un golpe militar el 25 de septiembre de 1963.
El golpe de Estado efectivamente negaba las elecciones de 1962 mediante la instalación de una junta civil, conocida como el “Triunvirato”, dominada por los remanente Trujillistas.
El líder inicial del Triunvirato fue Donald Reid Cabral. El Triunvirato no logró establecer su autoridad sobre las facciones conservadoras, ni dentro ni fuera del ejército, tampoco convenció a la mayoría de la población de su legitimidad.
La insatisfacción generalizada con Reid y su gobierno, junto con las lealtades hacia el persistente Bosch, produjo una revolución el 16 de mayo.
La vanguardia de la revolución de 1965, los perredeistas (miembros del PRD) y otros partidarios de Bosch encabezados por Francisco Alberto Caamaño, se llamaron constitucionalistas (en referencia a su apoyo a la constitución de 1963). El movimiento contó con algunos oficiales militares jóvenes entre sus filas. Una combinación de militares reformistas y aguerridos combatientes civiles salieron a las calles el 24 de abril, tomaron el Palacio Nacional, e instalaron a José Rafael Molina Ureña como presidente provisional. La revolución tomó la dimensión de una guerra civil, cuando las fuerzas conservadoras del ejército, dirigidas por el general Elias Wessin y Wessin, devolvieron el golpe contra los constitucionalistas el 25 de abril. Estas fuerzas conservadoras se autodenominaron leales. A pesar de los ataques con tanques y bombardeos aéreos por las fuerzas leales, de todos modos, los constitucionalistas mantuvieron sus posiciones en la capital, y extendieron el conflicto para asegurar el control de todo el país. El economista venezolano José Antonio Mayobe en representacion del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) actua sin exito como mediador entre las partes en conflicto durante la crisis de la República Dominicana.
El 28 de abril, los Estados Unidos intervinieron el país activando la Operación Power Pack. El presidente Lyndon B. Johnson envió una fuerza que ascendía a 20,000 militares, para garantizar la seguridad en Santo Domingo y para restablecer el orden. Johnson había actuado con la firme creencia de que los constitucionalistas estaban compuesto por comunistas y que por lo tanto no se podía permitir que llegaran al poder.
La intervención fue concedida en cierta medida debido a una aprobación hemisférica con la creación de una fuerza de paz auspiciada por la OEA, la cual complementó la presencia militar estadounidense en la República Dominicana.
Un inicial gobierno provisional fue dirigido por uno de los ajusticiadores de Trujillo, Antonio Imbert Barrera, más tarde, Héctor García Godoy asume la presidencia provisional el 3 se septiembre de 1965. Algunos enfrentamientos violentos entre legitimistas y constitucionalistas continuaron de forma esporádica ya que, una vez más, las elecciones fueron organizadas.
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