El consumo de agua embotellada se ha disparado en los últimos meses producto de la sequía que afecta el país.
La compra de botellones en colmados de diferentes barrios de la capital se ha duplicado.
La escasez del líquido sigue impactando además, en la vida de las familias más pobres, cuyos presupuestos se ven disminuidos por el costo que representa abastecerse.
El problema también afecta la salud de amas de casa, que se ven obligadas a cargar el agua sin importar su edad o condición física.
Para Zoraida Polanco la situación es más difícil cuando no hay energía eléctrica y tiene que subir el agua a un quinto piso.
La falta de agua afecta hasta la estética de las viviendas, pues por necesidad el líquido suele ser almacenado en el frente de las residencias.
El panorama no es muy alentador. Según las predicciones de meteorología la sequía se extenderá por los próximos meses.
Corte…..
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