DESDE AHORA SERÁ EL 2 DE ENERO, TRAS ENCONTRAR AUTÉNTICA CERTIFICACIÓN
Las Águilas Cibaeñas, 20 veces campeones del béisbol profesional dominicano, encontró su auténtico certificado de nacimiento, y este indica que su origen está íntimamente relacionado a su predecesor, el legendario equipo Santiago Baseball Club, fundado el 2 de enero de 1933, como la primera novena representativa de esta ciudad y la región en los campeonatos nacionales.
Con el o emblema del águila, símbolo de majestad y de victoria a lo largo de la historia Santiago B.B.C., adopta oficialmente el nombre de “Águilas Cibaeñas” cuatro años después con la propuesta hecha por Luis Tomás Saillant, el 28 de enero de 1937, fecha de inicio de su exitosa trayectoria competitiva en la pelota profesional.
De esta manera el consejo directivo de Águilas Cibaeñas Baseball Club, presidido por Winston - Chilote- Llenas, dio a conocer la nueva fecha de fundación de la organización, sustentados en documentos históricos presentados por los historiadores deportivos del equipo aguilucho.
“Decidimos acoger el 2 de enero de cada año como fecha de fundación de nuestro aguerrido conjunto cibaeño”, preciso Llenas.
Apunto que los documentos históricos confirman que el legendario conjunto Santiago Baseball Club fue oficialmente concebido en una reunión realizada el lunes 2 de enero de 1933 con el firme propósito de competir especialmente contra los ya establecidos equipos Licey y Escogido de la ciudad capital.
“Nunca jamás deberá pasar desapercibida la efeméride que corresponde a la fundación de nuestro antiguo equipo santiagués, que con el símbolo del ave fue proclamado cuatro años después con el nombre de Águilas Cibaeñas, el 28 de enero de 1937, para participar en el campeonato profesional de ese año”, agregó Llenas
El periodista e historiador Rafael Baldayac comentó que es el Santiago Baseball club que acentúa la encarnizada rivalidad entre las dos grandes ciudades del país, Santiago y la Capital. Licey, fundado muchos años antes, el 7 de noviembre de 1907, ahora tenía a los santiagueros de contrincantes, además de su eterno rival, el Escogido, creado el 17 de febrero de 1921.
“La llama de las almas caídas en la gran catástrofe aérea de aquel fatídico domingo 11 de enero de 1948, se mantiene viva con el nombre de Águilas Cibaeñas, heredando esa mística ganadora de sus antecesores”, recordó Baldayac, miembro del staff de prensa del equipo cibaeño.
Tras el fracaso de la pelota profesional a partir de 1937 el Santiago Baseball Club volvió a representar a esta hidalga ciudad en los torneos nacionales de béisbol aficionado, y pese a que sus integrantes desaparecieron en pleno durante la Tragedia de Rio Verde, las Aguilas Cibaeñas retoman el legado del mítico conjunto santiagués a partir de 1951 con el rescate de la pelota rentada criolla.
SBC precursor de Águilas
En aquella reunión realizada el lunes 2 de enero de 1933, que deja constituido formalmente al famoso equipo de Santiago Baseball Club, participaron connotados munícipes de esta hidalga ciudad.
Domingo O. Bermúdez, Rafael F. Bonnelly, Augusto Vega Espaillat, doctor Manuel Grullón, Eladio Victoria Hijo, Ramón Suárez Vásquez y el licenciado Marcos A. Cabral encabezaron el grupo que le dio forma al representativo local.
También figuran como miembros fundadores de la escuadra santiaguera los señores Gustavo Tavárez, W.E. Brown Benjamín Sánchez G, Luis Meses Ariza, Rafael V. Meyreles, Esteban Piola, Luis Pérez y Demetrio Mojica.
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EL NOMBRE ÁGUILAS CIBAEÑAS
Como nota curiosa es importante señalar que el nombre Águilas Cibaeñas aparece publicada por primera vez el lunes 8 de abril de 1929 en la página deportiva del periódico LISTIN DIARIO, es decir cuatro años antes de la fundación del Santiago Baseball Club. En esa ocasión se leyó el siguiente titular: El Pitching de Bragaña, sin el “condimento” de la Perrubia, dejó en cinco “intentos” y sólo un “vuelo” a las Águilas Cibaeñas.
La crónica firmada por F. Elio Alcántara y Moby Dick se refería a la derrota de las Águilas del Sandino 10x1 a manos del Licey durante el campeonato nacional de 1929. Los integrantes del Santiago Baseball Club jugaban una pelota romántica, ya que según el Maestro Pirí ellos “vivían de sus salarios como obreros y solo cobraban una suma irrisoria por lo que denominaban dividendos (ingresos por taquilla) en cada juego, practicando el deporte por diversión y ejercicio y sin perder el entusiasmo”.
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