Las familias están de regreso en el Baloncesto Superior de Santiago

SANTIAGO.- Un evento bonito, seguro y con calidad, es para disfrutarlo en familia, no en egoísta soledad, es lo que está haciendo este importante núcleo de la sociedad de Santiago.

Los padres han comprobado el cambio y están de regreso al Baloncesto Superior de Santiago, que desarrolla su torneo número 39.

Pero los padres no han regresado solos, también llevan a los niños para que disfruten de este sano evento, donde la cívica y moral son los nuevos protagonistas en las gradas y el tabloncillo.

De ahí, que la consigna sea “Para la Arena del Cibao en Familia”, donde se disfrutan tres o cuatro horas de camaraderías y encuentros.

El gran ausente en los partidos del torneo de Baloncesto Superior de Santiago es la violencia, un mal que arropa la sociedad, pero que se detiene en las puertas de la Gran Arena del Cibao.

Los años de violencia han quedado en el pasado y quienes tenían décadas ausentes, se reencuentra en la cancha, porque hay orden, reglas, disciplina de todos los actores. No hay temor, sino confianza.

La especie de “Barras Bravas” que desacredita el fútbol sudamericano, que se estaba apoderando del Baloncesto Superior, fue desplazada por la decencia y la convivencia para brindarles un manjar a los amantes del deporte del aro y el balón.

Las riñas en las gradas entre aficionados forman parte de la historia, ya no son “hinchas” que van a destruir, sino familias que están rescatando este patrimonio de los santiagueros.

Dando un vistazo a las gradas, se pueden ver cientos de alegres niños, que ahora sus padres los llevan a ver los juegos sin temor de recibir un golpe.

Familia entera disfrutando un plato de comida por solo 25 pesos, una sabrosa barquilla, un pedazo de pizza, una empanada, un hot dog, carnita salada o disfrutando un vaso de refresco.

Se adiciona a eso, la facilidad de transporte con el uso de la OMSA, cubriendo cuatro trayectos que atraviesan los principales barrios y avenida de la ciudad y zonas aledañas.

Familias agarradas de las manos, no tienen manos libres para dañar, no tienen manos libres para el mal, sino para el amor y el bien.