25 junio 2018

Se desencaja la familia

Se desencaja la familia
DIVORCIOS, FEMINICIDIOS, VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Y DELITOS SEXUALES LACERAN EL HOGAR

El   promedio de  17,714 divorcios,  90 feminicidios, 64,532 denuncias de violencia de género y 338 incestos que se registran cada año, junto  con los problemas colaterales que provocan esos acontecimientos, retratan los niveles de desintegración y trastornos que padece la familia dominicana, y que  repercuten en la sociedad.
Estos tipos de conflictos, que surgen en el seno de la familia, dejan sus secuelas  en los hijos, que son, por lo general, los más afectados, y se manifiestan de múltiples formas. Desprotección y abandono de los hijos; falta de autoridad parental, incumplimiento de las normas legales, éticas y morales, descuido de los hijos con sus padres cuando son adultos mayores, depresión, suicidios, son indicios de los trastornos que se producen en una familia.
En hogares desintegrados es común que surjan matrimonios y embarazos precoces; violaciones sexuales, con frecuencia en el entorno familiar (incesto), incursión de  adolescentes en delitos y  asesinatos por asuntos de herencias o por cualquier otro tipo de conflicto entre miembros de una familia.
Cada día se observan cómo se van perdiendo los valores esenciales  que garantizan una buena convivencia hogareña y la  formación de personas con principios éticos y morales,  para que puedan enfrentar los conflictos que se presentan tanto en el entorno familiar, como social.      
La violencia con que las personas están enfrentando la más mínima situación que se les presenta, está  provocando que casos que se pueden resolver con una conciliación, un diálogo  o la intervención de las autoridades judiciales, terminen en un homicidio, como se ha visto en los últimos días, donde dos familias se baten  a tiros por una vaca; hombres asesinados por un parqueo, o personas que matan para atracar y robar objetos como joyas, relojes o celulares.
SEIS PROBLEMAS QUE IMPACTAN EN LA SOCIEDAD
Desintegración
1 En el período comprendido del 2007 al 2017 se registraron 177,145 divorcios, con un promedio anual de 17,714.

2 Del 2001 al 2016, ocurrieron 36,563 matrimonios de jóvenes de 15 a 19 años, según datos de la ONE. Mientras, del 2012 al 2017, fue registrado el nacimiento de 80,812 hijos de madres menores de edad, en edades entre 9 y 17 años, según reportó la JCE.
3 Del 2014 al 2017, las mujeres presentaron 258,131 denuncias de violencia intrafamiliar. En 14 años han ocurrido 1,273 feminicidios. Este 2018 van 41, que han dejado al menos 28 niños huérfanos.
4 En cuatro años las mujeres reportaron 27,453 denuncias de delitos sexuales, con un promedio de 6,863 cada año, de los cuales 1,351 fueron incestos.
5 Un total de 701 niños y adolescentes fueron ingresados a los hogares de paso de CONANI en el 2017, por abandono, deambular por las calles, conflicto familiar y otros.
6 Unos 563 adolescentes están presos por robo, homicidio, violación sexual, droga, golpes y heridas, porte y tenencia de armas y atraco, según un informe de la Procuraduría hasta mayo del 2018.
Inquieta a siquiatra problemas sociales 
Al siquiatra José Miguel Gómez le preocupa el deterioro del tejido social y los problemas que se están dando en el país, como la violencia, la inseguridad, los feminicidios, los atracos, secuestros, el bandolerismo, el pandillerismo, y sobre todo la falta de convivencia armónica.

Dice que esos problemas sociales, junto al desempleo, la falta de acceso al desarrollo social y la calidad de vida, producen daños colaterales en las familias.
“Muchas familias se han destruido, y los niños y adolescentes han tenido que desertar de las escuelas o deambular sin propósito en los barrios”, expresó. Apunta que por eso hay más violencia intrafamiliar y social, más uniones sin vínculos y sin apegos, y sin sentido de pertenencia, la gente se está juntando pero de forma social, lo que se llama la sociosexualidad, no construyendo familias con valores y con tendencias a durar, a perdurar la vida en familia. Por otro lado, señala está la cantidad de niños huérfanos y niños traumatizados, víctimas de feminicidios y otras muertes violentas.
Sostiene que esos acontecimientos tienen una implicación y un impacto en el desarrollo emocional y sicológicos de los niños y adolescentes.
Observa, además, un incremento de la falta de convivencia dentro de las propias familias, que repercute en hechos violentos y trágicos entre miembros de la familia. Recomienda ejecutar políticas de familias, invirtiendo más en las estrategias de desarrollo social sostenible. Exhorta a enseñar una cultura de trato de bien, de convivencia en las escuelas, para que los muchachos aprendan a manejar los conflictos. Sugiere que desde las iglesias y entidades de la sociedad civil se impulse esa cultura de paz.
Aconseja a los padres a proteger a sus hijos y a entender que la mejor inversión social se hace en la familia, no en las cosas materiales.
A las parejas que tengan indicadores de riesgos de violencia sicosocial, desintegración, abuso y maltrato, las exhorta a buscar ayuda, para trabajar los comportamientos alterados.
Cree que en las unidades de atención primarias deben tener acceso las familias para trabajar los modelos de integración familiar y comunitaria.
Advierte falta de diálogo afecta a padres e hijos
La sicóloga clínica y terapeuta familiar, María Marte, atribuye la desintegración familiar a la falta de comunicación en las parejas, y a la pérdida de los valores.

“La sociedad se ve afectada porque no estamos educando, estamos maltratando al ser humano que está en nuestra familia, hace falta comunicación que es la base de toda relación”, enfatiza. Plantea que se necesita una comunicación asertiva, que no implica hablar mucho, sino escucharse y comprenderse más. Considera que si no hay una buena comunicación habrá una desintegración, tanto de los padres como de los hijos. Sostiene que los divorcios están afectando las familias, porque la separación afecta aun permaneciendo los padres bajo un mismo techo.
Recuerda que cuando hay separaciones, por lo general vienen los conflictos por la guarda de los hijos, que hoy en día son muy altos, también afecta a los hijos, que a veces no se quedan siquiera con el padre o la madre, sino que terminan donde la abuela, una tía, u otro familiar, por lo cual hay que ver el proceso de crianza de esa tercera familia.
La especialista llama a inculcar los valores en las familias para formar personas con principios.
Aconseja ver con quienes se están juntando los hijos, porque si papá y mamá no tienen tiempo para estar con ellos, en la esquina les esperan muchas cosas, la droga, un amigo, la homosexualidad, el lesbianismo, etc.
“Tenemos que ver con quién nuestros hijos se están juntando, tener un ojo avizor, y ver el entorno en el que los hijos se rodean”, aconsejó.
Sugiere asignarles responsabilidades y tareas diarias a los hijos, pues observa que a veces no se les ponen roles, por lo cual entiende no se educan como tiene que ser.
Sostiene que a los hijos hay que enseñarles que tienen un compromiso en el hogar, porque así como tienen sus derechos en la sociedad, también tienen sus deberes.
“Ese tiempo en familia es muy importante.
Usted trabaja, tiene 8 horas diarias, excelente, pero tiene que dedicarles un tiempo de calidad, llegue a su casa y comuníquese con sus hijos, con sus adolescentes, escúchelos, cómo te fue en el colegio, qué haces, dónde estás”, recomendó.

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