SANTIAGO.- La Iglesia Católica dominicana acusó de irresponsables a los familiares que no cuidan de sus viejos, dejando que los mismos deambulen mendigando y poniendo en riesgo sus vidas en lugares públicos.
El semanario Camino, en su editorial titulado “Nuestros envejecientes necesitan atención”, denuncia que cada día son más los ancianos que por irresponsabilidad de sus familias deben de salir a buscar el sustento, exponiéndose a situaciones desagradables.
La opinión de los religiosos en otra parte dice que “a pesar de los años que llevan a cuestas, tienen que hacer equilibrios para no ser víctimas fatales de choferes y conductores imprudentes”.
Para entonces preguntarse, ¿qué está pasando con tantas familias que llegan al extremo de la irresponsabilidad, dejando salir a sus seres queridos a mendigar y andar por lugares peligrosos, cuando es la etapa de su vida donde más necesitan de la cercanía, el cariño y la protección”.
Especula, que tal vez esto tiene su origen en que la cultura del descarte, que está adueñándose de los sentimientos de los dominicanos, Indicando a seguidas que, “duele observar a un envejeciente viviendo en la pobreza extrema, cuando sus fuerzas se acaban y no encuentran quién pueda redimir su exclusión”.
Considera que hace falta más atención por parte del Estado, “hacia ese segmento de la población que está llegando al ocaso de su existencia”.
Reclaman en el editorial, que “necesitamos políticas sociales que lleguen a más personas olvidadas en nuestros barrios, el llano y la montaña, ya que el crecimiento económico de un país no tiene sentido, si solo se refleja en la vida de algunos, porque la Patria somos todos”.
La Iglesia Católica solicita apoyar el trabajo que desde siempre han realizado religiosas y otras personas de buena voluntad, en los hogares de ancianos ubicados en diferentes lugares de la geografía nacional. Proclama que, “su ejemplo de solidaridad y entrega es la mayor expresión de amor”.
Exhortó que como el 1 de octubre pasado se celebró el Día de los Envejecientes, sirva para marcar el impulso definitivo para redoblar las ayudas a los centros que se dedican a cuidar a nuestros adultos mayores, que cuidaron de nosotros en la mayoría de los casos.
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