10 octubre 2016

‘‘No puede ser que tu regalo sea enterrarte”

CARLA MASSIEL CUMPLIRÍA EL PASADO SÁBADO 11 AÑOS JUNTO A SU GEMELA PERLA MASSIEL CABRERA

Diolandita Cabrera, madre de la niña Carla Massiel Cabrera, quien fuera secuestrada y posteriormente asesinada, tenía el deseo de, por lo menos, llevar los restos de su hija hasta el carro fúnebre para luego ser trasladados a su última morada, pero cuando ese momento llegó, exactamente a las 11:30 de la mañana de ayer, el dolor que la agobiaba fue tan grande que se desplomó dentro de la funeraria.
En solo segundos Diolandita fue socorrida por policías que custodiaban el lugar y algunos de sus familiares. Al reaccionar, no podía mantenerse de pie, por lo que tuvo que recibir ayuda. Apoyada en dos hombres, daba pasos cortos y sin fuerzas, y cuando vio que los restos de su hija estaban siendo sacados de la funeraria, su llanto y desesperación aumentó.
Todos los familiares, amigos y comunitarios gritaban a una sola voz.
¡Ay mi hija, no puede ser que yo te esté enterrando un día después de tu cumpleaños! ¡Carla, mi hija, ven, levántate de ahí Carla! ¡Ay Dios mío, por qué mi hija!....
DIOLANDITA CABRERA, madre de Carla Massiel Cabrera.
No había forma de contener las lágrimas ante tanto dolor. Diolandita estaba desesperada, no podía asimilar que el momento del adiós a su pequeña hija había llegado.
“¡Ay Carla, caramba! ¡ay, Carla Dios mío... Ay Dios, ay Dios, mi niña Dios! ¿por qué Dios mío? ¡Ay Carla, mi bebé!”, pronunciaba entre llantos Diolandita.
Ángel Gabriel y Perla Massiel Cabrera, hermanitos de Carla Massiel, estaban a punto de colapsar al ver que los restos de Carla eran subidos al carro fúnebre, para luego ser sepultados.
Los niños lloraban sin consuelo, iban apoyados en su padrastro, Manuel Reyes, y solo se escuchó decir a Ángel Gabriel “...ay mi hermanita, ¿por qué te fuiste?...”.
Camino al cementerio
Sumergida en el dolor, Diolandita fue subida a un vehículo, porque no tenía fuerzas para recorrer la distancia, no muy larga, que conducía al cementerio. Los familiares y amigos cercanos se acercaban al carro fúnebre, y al iniciar la marcha, caminaban junto a él.

Muchos mostraban su pesar con el llanto, otros no lloraban, pero sus rostros reflejaban el dolor.
Raquel Cabrera, tía de la niña, era una de las más afectadas. Con gran dolor pronunciaba, “yo tenía la esperanza de volver a ver a mi sobrina... ella no se merece esto, ...párate Carla, sal de ahí”.
Cada paso que daban las decenas de personas que se disponían a darle el último adiós a la niña Carla Massiel, dejaban en el camino una huella de dolor.
“¡Ay Dios mío... ay Dios, ten misericordia! ¡Ay Carla mi hija... ay Carla... esto sí es grande Dios mío! ¡Ay mi niña Carla... caramba, tú no te mereces esto!”, recitaba una y otra vez Raquel Cabrera, tía de la menor.
El dolor de Raquel fue tan fuerte, que no resistió y cayó desmayada ante la mirada de decenas de personas que caminaban junto al carro fúnebre hacia el cementerio municipal de Pedro Brand.
Raquel fue montada rápidamente a un vehículo y la marcha continuó.
Minutos después se integró.
Su última morada
A las 12 del día de ayer, el carro fúnebre llegó al cementerio con los restos de Carla, allí, decenas de personas que se adelantaron al lugar, la esperaban para darle el último adiós.

Diolandita tuvo que ser llevaba cargada por dos hombres. Al llegar, el pequeño ataúd con los restos de su pequeña estaba a punto de ser introducido a su última morada.
Con expresiones de dolor que solo una madre podría entender, se rehusaba a que su hija fuera sepultada.
Cabrera abrazó el ataúd con los restos de su hija como quien abraza su bien más preciado. Sus lágrimas caían sobre el féretro y solo incitaban a todos los presentes a acompañarla en su llanto.
“¡No... a mi hija no la van a entrar ahí... yo me la llevo para mi casa, ella tiene que estar conmigo.
No puede ser que tu regalo sea este mi amor, no puede ser que un día después de tu cumpleaños yo te esté enterrando!”, expresaba inconsolable.
Después de varios intentos sin resultados para que Diolandita soltara el ataúd, su pareja, Manuel Reyes, y otros, lograron separarla, y con grandes gritos dejó que Carla Massiel fuera introducida en su última morada.
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RECLAMAN JUSTICIA Y ENTREGARÁN CASA

DERECHOS HUMANOS: La vicepresidenta del Comité Dominicano de los Derechos Humanos, Coralia Caraballo, le pidió al presidente de la República, Danilo Medina, que trabaje para que el asesinato de Carla no quede impune.
“Nosotros vamos a trabajar día por día para que este caso se esclarezca.
No podemos permitir que pase otro caso similar”, manifestó.
En otro orden, Juan de Dios, director municipal de La Guáyiga, reveló que junto al comunicador José Laluz, construirán una casa a la familia de Carla Massiel, que estará ubicada en el centro de Pedro Brand.
“Nos comprometemos a sacar a la familia de Carla del lugar donde vive, ya que es un poco vulnerable”, dijo.
En tanto, el director de la funeraria municipal de Pedro Brand, Vladimir Masara, denunció que la madrugada del viernes varias personas intentaron entrar a la fuerza a la funeraria donde era velada Carla.  

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