La posibilidad de que prospere otra reelección del presidente Danilo Medina comienza a agotarse de manera vertiginosa, mientras los plazos legales y administrativos, que afrontaría una decisión de tal magnitud, se adicionan a la barrera difícil de franquear para los propulsores de la nueva reforma constitucional.
El propio presidente Medina seleccionó a marzo, que hoy está a seis días de concluir, como el mes apropiado para hablar de la reelección presidencial, prohibida por la Constitución de 2015. En ese proceso se cambiaron las reglas de juego para posibilitar la continuidad del mandatario, en medio de enconados debates que aún no cesan.
Entre las críticas que hacen los opositores de Medina están haber planteado en reiterados escenarios que este sería su último período como presidente de la República y jurar ante Dios que no volvería a postularse, tras la reforma de la Constitución.
También, expresar que la reelección abría espacios a la corrupción con el uso de los recursos del Estado y que más recientemente sostuvo con vehemencia que era partidario del modelo norteamericano, ocho años y nunca más, que, dijo, ha funcionado en las mejores democracias del mundo.
Los seguidores del jefe de Estado, que intensificaron su activismo en las últimas semanas, advierten que el primer escollo para montar la reelección sería el propio gobernante Partido de la Liberación Dominicano (PLD), donde enfrentan al grupo del expresidente Leonel Fernández.
La decisiva aspiración a volver al poder del exmandatario se cristalizaría en un acto masivo el 5 de mayo, donde ha prometido enarbolar dos millones de firmas de personas que lo apoyan y rechazan la reelección, en nombre de la unidad y el triunfo.
TODAVÍA QUEDAN PENDIENTES PUNTOS VITALES DEL ACUERDO FIRMADO EN 2015 PARA GARANTIZAR UNIDAD
En este caso sería una aventura pensar que bastaría con que el danilismo controle los organismos de dirección del PLD para imponer su posición. La experiencia de 2015 está aún fresca en la memoria. Para garantizar la unidad, tras la decisión del Comité Político el 19 de abril de ese año de modificar la Constitución, se desataron los demonios y fue preciso firmar el pacto conocido como “Reelección por reelección” el 28 de mayo, el cual no se cumplió de manera literal.
Sólo de esta manera el Congreso Nacional, de mayoría peledeísta, pudo aprobar de forma meteórica la Ley número 24-15 el 2 de junio de 2015, que convocó a la Asamblea Nacional Revisora para reformar el artículo 124 de la Constitución.
Este artículo permitía al presidente Medina optar por un segundo período consecutivo y no postularse jamás al mismo cargo ni a la vicepresidencia de la República.
TEMAS CRÍTICOS
Comité Político.
El Comité Político tendría que reunirse a más tardar en abril para definir sus precandidatos.
Última reunión.
En su última reunión del día 4 el Comité Político no decidió nada trascendente, debido a la ausencia de Medina.
Aspirantes.
Seis de los aspirantes presidenciales continúan como arando en el desierto, sin ninguna definición oficial.
El relevo.
La máxima dirección del PLD parece haber abandonado el tema del relevo en la presidencia de la República.
Incertidumbre.
Mayor incertidumbre se refleja en nuevos aspirantes a cargos municipales y congresionales debido a crisis interna.
Pero también se incluyó la disposición transitoria para que en caso de que el presidente de la República correspondiente al período 2012-2016 fuera el candidato al mismo cargo, para el período 2016-2020 no pudiera presentarse para el siguiente período ni a ningún otro, así como tampoco a la vicepresidencia.
La Asamblea Nacional Revisora aprobó la reforma constitucional en dos sesiones consecutivas el 6 y 13 de junio de 2015.
Si en definitiva el presidente Medina decidiera hacer lo que nunca se ha hecho con la Constitución, intentando replicar esa situación en este año preelectoral, encontraría un panorama mucho más complejo y adverso.
Los tambores de guerra no solo sonarán en el PLD donde la división pende como Espada de Damocles sobre sus estructuras, sino también en el Congreso Nacional, en la nueva realidad de la geopolítica, en las fuerzas opositoras...Y como colofón, en los plazos que impone la Ley 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos.
Esta legislación promulgada el 13 de agosto de 2018 y reglamentada por resolución de la Junta Central Electoral (JCE), impone fechas fatales al PLD, en medio de la modalidad de primarias abiertas escogida para elegir sus candidatos el año en curso.
Se establece, por ejemplo, que la precampaña, donde deben estar definidos los aspirantes, se inicia el 7 de junio próximo, y las reservas de candidaturas del 20 %, incluyendo las cedidas por alianzas y coaliciones, el 7 de ese mismo mes.
Además, las reservas de candidaturas por la máxima dirección del partido será comunicada en detalle a la JCE el 22 de junio, mientras que el plazo para el registro de precandidatura en la JCE se hará el 22 de agosto, la celebración de las primarias el 6 de octubre próximo y el registro de las candidaturas en el tribunal de elecciones el 25 de ese mes.
Esa realidad advierte que el PLD se coloca en la cuenta regresiva para definir sus candidaturas, pendiendo sobre su dirigencia la reelección presidencial como la Espada de Damocles.
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