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Tras la muerte del dictador, Ramfis huyó en el velero que zarpó cargado de objetos valiosos y el cadáver del sátrapa
El lujoso yate “Angelita”, adquirido por el dictador Rafael Leónidas Trujillo en 1955, sigue navegando en aguas internacionales bajo el nombre de Sea Cloud.
La embarcación construida en 1931, por encargo de la pareja multimillonaria estadounidense Marjorie Merriweather Post, fundadora de la empresa General Foods Corporation y EF Hutton, volvería a aguas dominicanas en diciembre de este año en un viaje de lujo que haría escala en Santo Domingo.
La travesía tendría una duración de 14 noches desde Santo Domingo hasta el puerto de Bridgetwon en Australia, desde el 20 de diciembre de 2019, hasta el 3 de enero de 2020, de acuerdo con el sitio Small Ships.
Chapita, como se le apodaba a Trujillo, nombró el barco en honor a su hija Angelita Trujillo Martínez, la madre de Ramfis Trujillo Domínguez.
La pareja empresarial Post-Hutton pagó $7.5 millones de dólares por la construcción del yate. Luego fue abandonado en el canal de Panamá, y adquirido por la naviera Sea Cloud, y remodelado en parte, conservando sus velas y mastiles. Fue convertido en una atracción turística internacional en la que se promueve que en esa embarcación, se transportó el cadáver en avanzada descomposición del dictador, además de un enorme alijo de joyas y alhajas de joyas de diamantes y oro, y $95 millones de dólares en lingotes de oro, que estaban en el Banco Central que fue saqueado por los Trujillo, antes de huir al extranjero.
Los cronistas, dicen que Ramfis Trujillo Martínez, hijo del dictador y con rango de general, huyó con el cuerpo de su padre en el yate.
La reseña del sitio “Marine Blog” sostiene que la primera vez que el yate salió del país caribeño, fue con Ramfis a bordo, en un viaje que lo llevó a atracar en el puerto de San Diego en California, y que por su lujo y suntuosidad llamó la atención de cientos de curiosos.
Una foto del archivo de la Sociedad Histórica de San Diego, muestra a un numeroso grupo de personas, mayoritariamente mujeres, asomándose en el muelle de San Diego para apreciar el yate.
Se cree que el dictador habría pagado alrededor de $10 millones de dólares y lo bautizó con el nombre de su hija Angelita Trujillo Martínez, que desde hace décadas reside en Florida.
La huida de los Trujillo
Tras la muerte del dictador, Ramfis huyó poco después del país en el velero, que zarpó cargado de objetos valiosos, una cantidad indeterminada de dinero y hasta el cadáver del presidente.
El gobierno español interceptó el barco, aunque no el dinero, y lo adjudicó a la Armada Dominicana, que a pesar de sus buenas intenciones para convertirlo en intento de buque escuela y bautizarlo con el sonoro nombre de Patria, nunca acabó de encontrarle una misión real. Posteriormente la embarcación cambió de manos y nombre dos veces más hasta quedar abandonado en Puerto Colón, Panamá, sumido en una espiral de problemas legales que lo llevaron a estar cerca del hundimiento por falta de mantenimiento.
En los años ochenta, un grupo de marinos mercantes, empresarios y amantes del mar de origen alemán supieron de la situación en que se encontraba el velero. Al cabo de unas semanas volaron hasta Panamá para recuperarlo y lo compraron prácticamente al peso. Tras una dura travesía hasta Hamburgo, llevaron el Sea Cloud al astillero donde se construyó medio siglo atrás. Allí, después de nueve meses de trabajo, pudieron devolverle su aspecto original y el Sea Cloud renació hace 39 años, reconvertido en un elegante velero de cruceros con capacidad para tan solo 64 pasajeros, atendidos por 60 tripulantes. Un ratio excepcional en el sector.
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